Un viaje inesperado

Aleix

El 13 de marzo nuestros padres nos dijeron que debido al COVID-19 el cole cerraba y teníamos que quedarnos en casa. Mi hermana y yo al principio estábamos un poco tristes, pero después nos pusimos contentos porque nuestro padre se quedó en casa a trabajar con nosotros.Tantos días daban para mucho,como hacer volar la imaginación,y tuve la idea de jugar a que nos teníamos que imaginar una historia sobre cómo fue el primer contagio.Así empieza esta historia.


Un día despejado de julio, Manuel y Alfonso decidieron irse de vacaciones a la playa Reojosas,en Grecia, llamada así por sus orillas en forma de U.


- ¿Podemos ir a esas rocas? he visto un banco de peces gigante-dice Alfonso.


-Vale, pero ¿cómo llegamos hasta ahí?-responde Manuel.


-Podríamos alquilar una barca! -contesta entusiasmado Alfonso.


Ya en la barca, pierden de vista el gran banco de peces que decía Alfonso, pero en su lugar se topan con otro de peces exóticos y deciden seguirlos, éstos les conducen hacia unas ruinas, por suerte tenían trajes para bucear.


Decidieron atracar y explorar las ruinas.De repente algo brillante les llama la atención.


-Creo que es el sol reflejado-dice Alfonso.


-No,¡es un cofre, Alfonso!


-¿Lo abrimos?-pregunta inquieto Manuel.


-Sí- responde decidido Alfonso.


Al abrirlo se sorprenden, dentro encuentran oro y algo que les llama la atención.


-Es un mapa-dice Manuel.


-¿Seguimos sus indicaciones?-dice Alfonso.


-¿Pero adónde lleva?-pregunta Manuel, curioso.


-Vamos a averiguarlo!-contesta Alfonso, entusiasmado por la aventura que les espera.


Decididos, siguieron el camino. Siguiendo cada una de las directrices que les indicaba el mapa, pasaron entre las rocas, algas y arena. Cansados, decidieron parar, y al sentarse en una roca algo les hizo levantarse a la vez, era la sombra de una silueta que no habían visto nunca antes. No lo dudaron ni un segundo y fueron a investigar qué podía ser.


  Estaba todo a oscuras, pero aún así la curiosidad hizo que siguieran caminando entre las rocas húmedas por el agua del mar. Alfonso se apoyó en una de ellas y desapareció de repente.


- ¡Ahhh!-gritó Alfonso.


-¿Estás bien?-dijo Manuel, preocupado.


Alfonso estaba bien pero no podía contestar, asombrado por lo que veían sus ojos. Era una sirena griega que nadaba en las aguas de un lago salado.


Manuel había bajado por el agujero que había hecho Alfonso al caer, y al llegar junto a su hijo, se quedó igual de sorprendido. Decididos, se pusieron a caminar, descubriendo a cada paso todo tipo de seres mitológicos que habían estado ocultos ahí durante miles de años, porque estaban contagiados por el COVID-19 y querían evitar una pandemia.


  Era como una leyenda mitológica hecha realidad;había Grifos por el aire, una pradera inmensa con Centauros, una Quimera en lo alto de una montaña de la cual caía una cascada en la que bebía un precioso Pegaso, batiendo sus alas. Junto al lago de las sirenas podía verse una cueva de la que salía una luz muy intensa, y un calor insoportable, allí estaba el Fénix. Rodeando la cueva, un frondoso bosque lleno de Sátiros.


-¡Es espectacular!-dijo Alfonso, boquiabierto.


Y tenía mucha razón, era precioso, a Manuel no le salían las palabras


Quién les iba a decir que su día de playa iba a acabar así.Ese aire repleto de Grifos contagiados fue el mismo que ambos respiraron con cada gesto de sorpresa, ya era demasiado tarde, pero ellos no lo sabían, pronto volverían a casa, a estar con familia y amigos, al trabajo, al supermercado, a dar besos y abrazos envenenados…


 


 


FIN


 

Categoria de 8 a 12 anys. Escola Virolet

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