Nota en do

Selene

Hoy es domingo pero parece un día cualquiera.Hace un año que las calles no se visten de fiesta,no hay flores en los balcones,los niños ya no juegan,vivimos confinados esperando un milagro de la ciencia.En medio de tanta barbarie existe un rayo de luz.Siguen los ensayos del coro,la música sigue sonando adaptada a los nuevos tiempos y las pantallas permiten mantener el contacto con aquellos que comparten la misma pasión,el canto no entiende de virus y nos ayuda a seguir sumando vivencias en esta vida que momentáneamente ha perdido color e intensidad.


Hoy los ánimos estan serenos.Estamos haciendo una versión de Angels de Robbie Williams,una canción que ensalza a los vivos y despide con dignidad a los que dejan este mundo que habitamos de manera fugaz.Es preciosa,cada vez que la canto pienso en los miles de sanitarios que estos días se juegan la vida y en los científicos que buscan a contrarreloj una vacuna que salve la humanidad.También en los profesores y demás profesionales que contribuyen con su dedicación al bienestar físico y emocional de la sociedad.Algunas me miran a través de la pantalla y muestran sonrisas de complicidad.Para ellas es uno de los mejores momentos de la semana,media hora para no pensar y cargar pilas ante una semana dura,repleta de trabajo y de quehaceres familiares que deben afrontarse con paciencia y sentido del humor.


El director del coro me saca de mis cavilaciones y anuncia que el día del libro participaremos en un concierto muy especial.


Hay que ponerse las pilas, pero será una pasada más de sesenta voces juntas cantando y haciendo armonías.


La semana que viene retomamos el contacto presencial así que vuelven los ensayos en la cocina,en el autobús camino del trabajo,en el gimnasio o paseando por la calle.No pierdo de vista los auriculares.


El domingo siguiente es el día más esperado en meses,qué felicidad volvernos a encontrar.No nos sabemos las canciones de memoria , alguna voz no acaba de empastar pero todo se perdona porque lo importante es cantar.Es un lujo volver a escuchar el piano y las indicaciones del director que no ha perdido un ápice de energía y nos cuenta entusiasmado como deberemos colocarnos en el escenario.


El día del concierto ha llegado,es viernes.Las restricciones sanitarias impiden salir de la ciudad y llenan el teatro.Se abre el telón y cantamos esta preciosa canción que remueve tantos sentimientos y encoge el corazón.


Siento plenitud.Debo agradeceros a todos que compartáis conmigo esta experiencia única y el poder disfrutarla es gracias a vuestra colaboración e ilusión.No me muevo bien en el escenario pero siempre encuentro una mano que me coge y me ofrece apoyo y alguien que comenta que tengo buena voz.


Acaba el concierto.Agradecemos al público el aplauso y de camino a casa en autobús ya estamos pensando en el siguiente ensayo y el siguiente concierto que vamos a dar en el mes de junio.Es verdad que la música es un lenguaje universal.Ni la pandemia nos bajó del escenario.

T'ha agradat? Pots compartir-lo!