La vida desde otra perspectiva

AliciaMP

Cansado de recorrer las mejores floristerías y jardines del barrio, me detuve en una situada frente a la parada del metro de Fabra i Puig.


Me encantaba la variedad de sus plantas, que confeccionaban una colorida y perfumada alfombra que desprendía un olor a primavera.


Fue allí, junto a los ramos de los tulipanes, donde conocí a Mati. Me llamó la atención el elegante vestido de topos rojos que lucía, que resaltaba su belleza. Ella me confesó que le atrajo el sendero que labraron las rosas rojas. Un golpe de aire nos aproximó a las macetas de los geranios fucsias donde empezamos a hablar del tiempo, de lo dura que era la vida, y sin darnos cuenta descubrimos que teníamos mucho en común.


Distraídos en aquella interesante conversación, no nos dimos de cuenta que todo a nuestro alrededor se nubló y una fuerza sobrenatural agitó la tierra que pisábamos. El temblor nos empujó al suelo y nos elevó. Nos asustamos y nos abrazamos. Cerramos los ojos. Una fuerte corriente de aire nos manchó con la tierra húmeda y abonada de aquellas plantas. La temperatura cambió de calor a frío en breves instantes. Abrí un ojo para curiosear y observé que nuestro alrededor pasaba velozmente. Mati temblaba y le cubrí los hombros con mi capa marrón.


El sol desapareció, modificó su dorado tono por otro más blanquecino y artificial. De pronto, los sobresaltos se detuvieron y escuchamos una extraña voz metalizada: "Propera estació Arc de Triomf"


- ¡Mamá! ¿bajamos en ésta?- preguntó una niña a su madre, sentada en el banco del vagón.


-¡No, a la siguiente!


- ¡Miraaa mamá! -tenía la cabeza casi en el interior de una bolsa que llevaba apoyada sobre las rodillas-, en la maceta de los geranios que hemos comprado venían dos marietas.


- ¡No las toques, que volarán! - le sugirió-, cuando salgamos del metro ya se irán a otra planta. Aquí no tienen para comer y se morirían.

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