Un extraterrestre en el Metro

Ágata

Un día cualquiera de carnaval, un pequeño hombrecillo de aspecto inofensivo se desplaza por el Metro. Es una hora muy temprana y apenas hay viajeros, al fondo del vagón vislumbra a una mujer con un niño. El pequeño al verlo se sorprende y arrastra a su madre hacia el desconocido.


- Mami, ¿le puedo tirar de las orejas?


- No hijo, no molestes a ese señor.


El hombrecillo, sorprendido, baja del tren a toda prisa.


“Espanya”, línea roja. El desconocido se pierde en los pasillos de la estación.


Por el intercomunicador neuronal habla con su superior.


- Investigado el planeta Tierra, mis conclusiones no son positivas para nuestros intereses, si bien es cierto que tienen que mejorar, porque la contaminación es muy elevada y las pandemias están provocando mucha mortaldad. Parece que tienen el propósito de enmendar sus errores e intentar cambiar el futuro. Se está potenciando el transporte público para que sea más eficiente, ecológico y sostenible. 


Dicho esto, se giró porque a su espalda, oyó un ruido y, de repente, antes de que pudiera darse cuenta, un niño se abalanzó sobre él y le dio un fuerte tirón de orejas.


Un alarido brotó de su garganta y desapareció rápidamente.


Mientras tanto, la madre del pequeño le regañaba:


- Ya te dije que no molestaras a ese señor .


El niño se quedó mirando aquella figura que desaparecía y concluyó:


- Mami, es que ese señor lleva un disfraz muy gracioso. 


Aquel singular ser, acurrucado en un rincón , comunicaba su posición a sus compañeros, se preparaba para teletransportarse a su nave, cuando una fuerte luz le sorprendió. Dos chicas aparecieron de la nada.


“Pa-ta-ta”, rieron mientras se hacían un selfi con él.


El hombrecillo al borde de la desesperación, masculló, lo que parecía un ¡Nooo...! , mientras su imagen se difuminaba y desaparecía por completo, ante la mirada atónita de las jóvenes.

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