Doble vida

Rosas y Estrellas

Un día más. Otro día con esa sensación de no apetecerme hacer nada, pero con la suerte de estar obligada a salir a trabajar.


Me levanto con tiempo, y aún así corro. ¿Por qué corres? ¿Por qué sientes que el pecho te va a explotar en cualquier momento si no hay nada que te esté enturbiando en este momento? Es ella, es eso que empieza por la letra "D" y que parece que nunca va a dejar mi mente y mi cuerpo. Quizás está cómoda... pues yo no la quiero dentro de mí.


Intenta no estar triste, te dicen. Intenta respirar y calmarte. Intenta no tomar medicación. Todo pasará. Como si yo quisiera sentir un puñal en el pecho, una mano en el cuello, o unas cadenas en los pies.


Tengo que salir, ya es la hora. Me tiemblan las piernas, aunque parece que la calle alivia un poco. No es aire puro el que respiro, pero se siente un poco de libertad.


Hace tiempo que los tres minutos que faltan para el autobús se me hacen una eternidad, y aunque por dentro mi cuerpo y mi mente me dicen que mire hacia abajo y simplemente deje pasar el día, las personas que se cruzan conmigo no tienen la culpa de mi otra vida, esa de angustia, de los contínuos "¿por qué?" y los "¿cuándo te irás?".


¡Buenos días! - mirándonos con una sonrisa el conductor y yo, que sólo intuímos por nuestros ojos. Hace tiempo que la mascarilla nos ha enseñado a leer las miradas, y qué bonito.


Hoy va muy lleno. Hace tiempo que, mientras escucho música, no me paro a mirar a las personas que me rodean imaginando sus vidas. Hasta la música me molesta a veces.


Voy a hacer el esfuerzo, aunque ni si quiera sé qué ponerme para no sentirme nerviosa. Vale, ya está, La Fée de ZAZ. Esa letra, esa voz, esos niños del videoclip son mi refugio. ¿Habrá alguien más en este autobús que ya no es la persona que era, que a ratos debe hacer un esfuerzo sobrehumano para serlo delante de los demás, y que cuando está a solas deja salir su otra vida? ¿En qué se estarán refugiando mientras se enfrentan a un mundo que por sus ojos es distinto al que conocían? ¿En la música, como yo? ¿En mirar al infinito por una ventana que está en constante movimiento? ¿O estarán angustiados deseando pegar un grito y salir corriendo sin que nadie les entienda? Sí, yo sí os entiendo, pero no lo sabéis.


Otro día, de esos en los que lo intentas pese al nudo en la garganta y en el pecho. En el que sonríes para no preocupar. Otro día más luchando contra la oscuridad. ¿Y si en lugar de luchar contra ella intento verle una estrella? ¿Y por qué sólo una? Mejor cientos.


No sé si algún día volveré a ser la misma que fui, quizás no, o quizás esta nueva vida que llevo dentro me haga ser más fuerte con el tiempo. Llevo un año luchando contra ella, y puede que la salida no esté en pelear, sino en ser amigas.


¿El señor que está sentado a mi lado habrá tenido que ser alguna vez amigo de su enemiga? Seguramente. ¿Quién no ha tenido que unirse alguna vez a su enemigo para intentar ser feliz?


Feliz... qué palabra, tan fácil de escribir y tan difícil de conseguir.

T'ha agradat? Pots compartir-lo!