El inconsciente

Villodres

Se volvieron a encontrar. Él era un actor consagrado, libre de ataduras y amante del viento. Ella, una joven bibliotecaria de vida tranquila, con un marido que la estaba esperando en casa pacientemente. En apariencia, no tenían nada que ver el uno con el otro, pero el destino es caprichoso y decidió unirlos hace ya veinte años. Empezaron siendo unos críos sin ninguna experiencia previa en el amor y acabaron locamente enamorados. Por desgracia, aquel amor no duraría mucho, no porque no se quisieran, sino porque él creía que iba a desaparecer de este mundo. ¿Trágico, verdad? Se enfrentaba a una difícil intervención y pensó que lo mejor para ella era alejarla de su vida para que así no sufriera más. No fue justo para ninguno de ellos, y menos para ella. La privó de decisión y de la posibilidad de haber tenido un futuro juntos. Pues, ¡sorpresa! Él no murió, afortunadamente, y en cuanto salió del hospital hizo todo lo posible por volver a contactar con ella. Pero no hubo suerte. Jamás volvió a tener noticias. Ya no sabía con quién hablar o dónde buscar. Era como si se la hubiera tragado la tierra. Finalmente, decidió rendirse y dejar de buscarla.


Mientras tanto, la joven fue avanzando y rehízo su vida. Volvió a enamorarse y con el tiempo consiguió aparcar el recuerdo que tenía de su amor imposible. Hasta ese día.


Ella cogía el metro siempre a la misma hora, a las siete y cuarto de la mañana. Aún medio dormida, subió al vagón de ese tren y sucedió lo inesperado. Reclinado en una de las puertas y leyendo estaba él. Se había dejado el pelo largo y lucía una barba de tres días. Le quedaba tan bien, pensó ella. Él guardó su libro en la mochila y en ese momento, la vio. Después de tantos años esperándola... De repente, una sensación de caos y fuego recorrió sus cuerpos y solamente querían volver a abrazarse. Pero ni uno ni el otro supo dar el paso. Les bastó sólo con mirarse profundamente a los ojos y sonreír. Ella, entre lágrimas, fue la primera en bajarse de aquel tren. Él siguió su camino, como siempre, sin ella.


Como muchas otras anteriormente, esta es la historia de un amor que, aunque no tuviera un futuro claro, siempre perduraría en el recuerdo de ambos seres. Lo que pudo ser y no fue.

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