Vaya viaje
Aquí estoy yo, delante de una parada del funicular, sin saber adónde voy ni cuántos metros he recorrido. No sé cómo volver a casa y mi móvil ha muerto, por tanto, no puedo llamar a mis padres.
Miro el reloj de la estación y son las ocho pasadas, eso significa que ya no pasan más funiculares y, además, hoy hay huelga de autobuses.
Mientras me estoy comiendo la cabeza pensando en cómo demonios voy a volver a casa, un chico se me acerca y me dice:
-Oye, ¿esto es tuyo?
Pero antes de nada me remonto 45 minutos antes para explicaros cómo he llegado hasta aquí.
Eran las 19:15h de la tarde y salía de casa para ir al cine a ver Mario Bros, la Película. Me dirigía al Cine Bosque que está en Paseo de Gracia. Para llegar hasta allí tenía que coger la línea verde (L3) del metro y, como estaba en Paralelo, solo tenía 4 paradas para llegar hasta mi destino. Recuerdo que me dirigía al metro y, nada más bajar las escaleras para acceder a él, sentí una presencia extraña, o sea, sentí que alguien me vigilaba desde atrás. Dándole vueltas a la cabeza, recuerdo que me giré para ver si había alguien y, efectivamente, había un chico detrás de mí. En ese momento, pensé que era una tontería y no le dí importancia, así que subí al metro sin pensármelo dos veces. Me senté en un asiento al lado de la puerta y, justo delante de mí, se sentó el chico que tenía detrás anteriormente. Era joven, debía tener mi edad. Llevaba un pasamontañas que le tapaba la cara, menos los ojos, que me miraban fijamente. En ese instante, un escalofrío me recorrió todo el cuerpo. Recuerdo que decidí bajarme del metro antes de Paseo de Gracia, porque el hombre cada vez me daba más miedo, me inquietaba. Menos mal que me había sentado justo al lado de la puerta de salida, por si pasaba algo.
En ese momento, me encontraba en la parada de Plaça Catalunya y decidí esperar otro metro para llegar hasta Paseo de Gracia, pero en cuanto me senté en el banco que había delante de la parada de metro, vi salir al hombre de antes y entonces el pánico empezó a recorrer mi cuerpo entero.
Como estaba en Plaça Catalunya, tenía acceso a la línea 6, que también paraba en Gracia. Fue lo que hice, porque además de querer llegar al cine, también quería saber si el hombre me estaba siguiendo realmente.
Cuando estaba llegando a la línea 6, me giré y lo vi de nuevo. En ese momento mi preocupación ya no era llegar al cine, sino alejarme por completo de aquel chico. Recuerdo que subí al primer metro que encontré sin pensar adónde llegaría. Él seguía detrás mío, así que empecé a moverme por el metro, tenía miedo de quedarme parada en un sitio fijo. Bajé y cogí el funicular, ya estaba como loca y me daba igual adónde llegaría, sólo sabía que quería alejarme de aquel chico. En cuanto bajé, leí el nombre de la parada y estaba en Sant Cugat. Ya era imposible volver, así que volvamos al menos al inicio de la historia.
Mientras me como la cabeza pensando en cómo demonios voy a volver a casa, un chico se me acerca y me dice: "Oye, ¿esto es tuyo?"
¿Adivináis quién es?
Sí, es él, y lo único que quiere hacer es devolverme el fular que se me ha caído mientras entraba en el metro.
Había recorrido media Barcelona para nada, y ahora tenía que volver a casa y... ¿adivináis qué? Se ofrece a llevarme a casa en taxi por el susto que me había dado, dice que así me lo compensa y yo, cómo no, le he dicho que sí.
Esta es la historia de cómo nos conocimos y ahora estamos saliendo juntos, pero eso ya forma parte de otra historia.
Categoría de 13 i 17 años. Institut Miquel Tarradell