Última llamada

Yassin

El altavoz anuncia la salida del tren. Sara aprieta el boleto entre los dedos. Última llamada. Mira el reloj. Tres minutos. El andén está casi vacío, salvo por un anciano que lee el periódico y una pareja despidiéndose con un beso apresurado. Sara observa las vías, dos líneas paralelas que se extienden hacia lo desconocido. Un paso más y todo cambiara.


-¿Seguro? -le pregunta un una voz familiar.


Se gira. Ahí está Ares, con la respiración agitada, los ojos brillantes de urgencia.


No puedes irte -dice.


Sara sonríe con tristeza.


-Siempre llegas tarde


El silbato suena. Un último instante. Sara duda. El tren empieza a moverse. Ares extiende la mano. Sara la mira. Las ruedas chirrían contra los rieles. Ella cierra los ojos y decide. Sara se quedó pensando si saltar o no.


-Sara, no puedes dejarme aquí ¡Salta!! --dice Ares.


Sara no saltó porque el tren iba ya demasiado rápido y le daba miedo. Ares se derrumbó y le dio un ataque emocional por haberse separado de la chica que amaba con toda su alma. Ares pensó y tomó una decisión arriesgada. Decidió irla a buscar en bicicleta, Ares estaba dispuesto a hacer kilómetros en bicicleta para reencontrarse con su amada.


Tras días de preparación tomó rumbo su aventura, comenzó cogiendo un tren con los pocos ahorros que tenía, solo para acortar el camino. Se bajó en una parada y comenzó su aventura sobre dos ruedas, salió con su bicicleta, condució la bicicleta durante horas con el sol en la cabeza, chorreando de sudor con sed y hambre, después de horas llegó a una gasolinera justo cuando estaba atardeciendo, se puso a acampar y un señor le dio comida y agua, ya que Ares no tenía dinero para comprar comida.


Al día siguiente recogió todo y siguió pedaleando con el sol y la calor, hasta que de repente comenzó a llover y se refugió debajo de un árbol para no mojarse, y de milagro pasaba un camionero que decidió a pararse para preguntarle a Ares si quería que le acercarse a algún sitio.


Ares contestó que sí, subió sin decir adónde iba y comenzó a contarle su aventura al camionero.  El camionero, fascinado de lo que Ares estaba dispuesto a hacer por la chica que ama, decidió llevarle hasta su destino. Ares agradeció de verdad al camionero y al bajar comenzó a preguntar por Sara especificando sus rasgos. Estuvo hasta que anocheció buscándola, hasta que se cansó y decidió  seguir buscando al día siguiente, así que buscó un sitio donde poder dormir.


Al día siguiente se despertó, guardó todo, comió la poca comida que le quedaba y dio rumbo de nuevo a la búsqueda de Sara, comenzó preguntando a gente por la  calle hasta que sin tener resultados fue a una cafetería y se compró un café con el poco dinero que tenía, se sentó a esperar su café y cuando llegó la camarera a darle su café se quedó sorprendida y exclamó, ¿Ares!


Ares levantó la cabeza y se quedó en shock, se levantó de un salto y abrazó a la camarera, resultaba ser Sara, que ya había comenzado una vida nueva trabajando en una cafetería.


Sara, emocionada, comenzó a hacerle todo tipo de preguntas a Ares, ya Sara sabía que Ares no tenía el dinero suficiente para ir hasta ahí. Ares le contó todo a Sara, toda su gran aventura y después le comentó que no tenía dónde dormir ni donde comer, y Sara le ofreció quedarse a vivir con ella.  Ares accedió y a la semana se buscó un trabajo para ayudar a pagar la mitad de la renta, comprar comida, pagar facturas etc.


Después de años tuvieron un hijo, compraron una casa muy grande y tuvieron una vida normal y tranquila.


 

Categoría de 13 i 17 años. Institució Igualada

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