Línea verde
Desde hace tiempo, la CIA y el MI6 han estado tras la pista de un sindicato criminal que participa en acciones relacionadas con el tráfico de drogas y la venta de órganos, responsable de la distribución masiva de fentanilo en América y Europa. Conscientes de la amenaza, el MI6 y la CIA deciden unir fuerzas e infiltrarse en el sindicato, para lo que eligen a dos agentes: Sean Cahill, un estadounidense alto y chulesco, y MacArthur, un escocés de baja estatura y gran inteligencia.
Descubren que la próxima reunión del sindicato se llevará a cabo en Marruecos. Sin perder tiempo, Cahill y MacArthur viajan hasta allí y logran colarse en el evento, un evento lujoso donde la comida abunda, hay políticos que se mezclan con los criminales y muchas personas enmascaradas. Durante la reunión, los líderes anuncian su siguiente movimiento, introducir fentanilo por el sur de Europa utilizando Barcelona como punto estratégico. También revelan que la próxima conferencia se celebrará en Barcelona.
Allí, Cahill y MacArthur descubren que la reunión del sindicato se llevará a cabo en un lujoso hotel en Pl. Cataluña a las 9 de la noche. Deciden hospedarse en el mismo para vigilarlos de cerca. Al llegar la hora del evento, logran infiltrarse y descubren que, esta vez, la reunión es mucho más discreta. Solo hay tres personas clave: un salvadoreño, quien resulta ser el líder del sindicato, un representante de un partido político y otro alto mando de la organización. Observan cómo el salvadoreño se dirige a una mesa de póker, lo que les da la oportunidad perfecta para acercarse.
Haciéndose pasar por miembros del partido político, Cahill y MacArthur se sientan a jugar con él y, entre apuestas y conversaciones, el líder revela que al día siguiente se reunirá con un político influyente que facilitará la entrada del fentanilo. La reunión se llevará a cabo en un vagón del metro, en plena circulación para evitar escuchas. Cahill y MacArthur se retiran de la partida y se preparan para la operación del día siguiente.
A las 10 de la mañana, se dirigen a la estación de Montbau y suben al tren en el que viajan los tres sujetos. Sigilosamente, los localizan en el último vagón y ponen en marcha su plan: en la estación de Vall d'Hebron, desconectarán el vagón para aislar a los criminales y atraparlos más fácilmente. Cuando el tren llega a Vallcarca, ejecutan su plan y logran separar el último vagón, atrapando a los criminales dentro. Pero la situación se complica cuando descubren que los tres sujetos no están solos; un grupo de guardaespaldas se encuentra con ellos.
En el reducido espacio del vagón se desata un intenso enfrentamiento en el que Cahill y MacArthur intentan neutralizar a los atacantes. En un intento desesperado por escapar, los guardaespaldas deciden romper los cristales del tren y saltar a las vías, creyendo que así podrán huir antes de que lleguen más refuerzos. Pero lo que no saben es que, fuera del túnel, un equipo entero de la CIA y el MI6 los está esperando. Al salir del tren, son interceptados y arrestados por las fuerzas de inteligencia. El líder del sindicato, el político corrupto y su contacto son capturados con pruebas suficientes para desmantelar toda la red de narcotráfico y tráfico de órganos. Con esta operación, la CIA y el MI6 logran acabar con uno de los mayores sindicatos criminales del mundo, evitando que el fentanilo siga propagándose en Europa y desmontando una red de corrupción que amenazaba con expandirse aún más.
Categoría de 13 i 17 años. Fert Batxillerat