Sólo un segundo…

Felgal Stöger

-¿Por qué sonríes? -le preguntó el niño al anciano que estaba sentado en el metro.


-Sonrío porque es el mejor segundo -contestó el anciano.


-¿El mejor segundo?


-Sí. El mejor segundo del mejor minuto.


-¿Qué minuto? –preguntó el niño confundido.


-El mejor minuto, de la mejor hora -le dijo el anciano con tono educativo.


-No entiendo –replicó el niño- ¿Qué hora?


-La mejor hora, del mejor día, del mejor mes -continuó el anciano.


-Ah… -dijo el niño, pensando que el anciano estaba loco.


-¿Es que no lo comprendes? -continuó el anciano- Es el mejor mes, del mejor año.


-No. No lo entiendo -repuso el niño- ¿Qué año? ¿Éste año?


-Claro –siguió el anciano- el mejor año, de la mejor década.


-Aún así no entiendo por qué sonríes -lo increpó el niño.


-Lo dicho. Sonrío porque es el mejor segundo, del mejor minuto, de la mejor hora, del mejor día, del mejor mes, del mejor año, de la mejor década, de mi única vida.


 


 

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