Juntos somos más fuertes
Érase una vez una princesa que llamó a la puerta; le abrí la puerta y me preguntó: “¿Puedo quedarme una noche a dormir aquí?” Le dijimos que sí, se podía quedar una noche. Por la noche, a la hora de dormir, no había la manta que ella quería, porque solo le gustaban las mantas sin dibujos. Y decidió pedir por Amazon una manta sin dibujos. Tres horas después llamaron a la puerta, la princesa abrió la puerta, le dieron la manta. Pero el cartero tenía el coronavirus, o sea que el virus se quedó pegado al pomo de la puerta. La noche después vieron a un caballero llamado Jordi que estaba dando golpes a la puerta, y la princesa y yo le preguntamos: "Qué haces?" - se lo dijimos por la ventana-, y él dijo: “Estoy buscando un virus que acabo de encontrar”, y yo le dije: "¿Ah, sí, dónde está?" Jordi respondió: “En vuestra puerta”.
Pero Sant Jordi no le podía clavar la espada y tuvo la idea de llamar al dragón, y cuando vino el dragón le preguntó a Jordi: "¿Y la batalla?" y Sant Jordi dijo: "Lo siento, pero es que ahora he estudiado medicina y ahora también soy médico". El dragón se puso triste y Sant Jordi le dijo: "No llores, el año que viene habrá batalla". El dragón se puso contento. Sant Jordi le preguntó al dragón: "Pero...¿me podrías ayudar a combatir este monstruo?”. El dragón aceptó con gusto, pero no pudo hacer nada para matar el virus –se ve que resiste al fuego-, la princesa y yo, tuvimos una idea, limpiar toda la casa y quedarnos dentro para no contagiarnos hasta que el virus se hizo viejo y se murió.
¡Pero eso solo era un virus! Yo me quedé en casa con mi madre.
La princesa era la esperanza de todo el mundo, y sí, exactamente ella, con la ayuda de Sant Jordi, creó una vacuna para matar el coronavirus. Ahora, gracias a los sanitarios y a todos los que se quedan en casa, ya estamos fuera de peligro.
Cuando el virus desapareció, salieron rosas rojas por todas partes, y el dragón aún vive gracias a ello. ¡¡Hurra!!.
Categoría de 8 a 12 años. Joan Coromines