Paralelos en el tiempo

Mariana

Malena, 9:00 am


Llegué corriendo, casi no entraba al metro. Las puertas estaban a punto de cerrarse y entré por suerte, miré hacia arriba para ver si estaba en la línea L2 en dirección a Badalona y sí, estaba bien. Apenas podía respirar, había corrido tanto que tenía el corazón a mil.


Las clases de la mañana empezaban a las 10:00, como entré en la Sagrada Familia me faltaban solamente 5 paradas para salir en Badalona Pompeu Fabra, así que aproveché para terminar un trabajo.


Quique, 9:00 am


No sabía bien qué línea coger, sabía que tenía que ir hacia Badalona, pero no tenía idea de dónde dirigirme. Vi a un señor que parecía saber de ello, entonces me acerqué a preguntarle.


-Hola, disculpe, ¿será que me podría ayudar? –le pregunté, y el señor afirmó con la cabeza–. ¿Para coger la línea L2 en qué sentido tengo que ir?


-Tendrá que bajar esas escaleras e ir a la derecha. Le recomiendo ir rápido, el metro viene en 2 minutos o menos.


Le agradecí al señor y bajé las escaleras rápido. Una chica me pasó por adelante super rápido, corriendo. Me di cuenta de que el metro ya estaba ahí, las puertas estaban ya cerradas, pero tuve la suerte de poder abrirla en segundos. Tenía que bajar en la última parada del metro y faltaban aún 5 paradas, así que vi un lugar vacío para sentarme. No me lo podía creer, allí estaba la misma chica que casi me atropella corriendo. Estaba sentada justo al lado de mi sitio.


Malena


No me podía centrar en el trabajo, el TDH no ayudaba para nada. Llevaba ya 2 paradas, estábamos parados en La Pau y pensé para mí misma: “Tampoco es que vaya a hacer tanto del trabajo ahora, me pongo música y dejo de estresarme”. Saqué el móvil y los cascos y me puse mi playlist favorita.


Quique


Algo tenía que hacer hasta llegar a mi estación, faltaban solo 3 paradas, y soy tan disperso que no me acordé de que tenía los cascos en el bolsillo de los pantalones. Me los puse e inicié mi playlist favorita.


En unos minutos me di cuenta de que la chica a mi lado estaba escuchando la misma canción. “Vaya coincidencia” pensé. No sabía si decirle algo, pero me atreví:


-¿También te gusta Frank Ocean? No me lo creo– le dije, y ella me miró avergonzada.


-Sí… Me flipan sus canciones –me dijo ella, sonriendo.


Quería saber su nombre, creo que me había enamorado.


-Me llamo Quique –le dije, esperando a que me dijese ella su nombre.


-Me llamo Malena –me sonrió sonrojada–. Encantada, Quique.


Sonó en el metro la próxima parada, Badalona Pompeu Fabra, significaba que después de Gorg nos teníamos que separar. No sabía si la vería alguna vez más, así que me arriesgué a preguntarle si quería salir alguna vez juntos.


Malena


No me quería ir de ese tren, ni separarme de ese chico, Quique. Estaba rogando que me pidiese de salir juntos, tenía tanta vergüenza que no se lo quería decir yo.


-¿Malena? –me preguntó Quique y le miré–. No quiero salir de este metro sin la oportunidad de poder conocerte más –me había sonrojado.


-Yo tampoco, Quique. Fue tan de repente que nos vimos, pero nunca me había sentido tan bien con un extraño al que había conocido hace 5 paradas en el metro.


-¿Hoy a las 18:00 salimos a tomar algo juntos? Así nos podemos conocer más –me preguntó Quique, levantándose para salir del metro, como yo.


-Sí –le di mi móvil e intercambiamos nuestros números.


Las puertas del metro se abrieron y cada uno se fue por el camino opuesto, pero sabiendo que nos volveríamos a ver ese mismo día.


Así fue como conocí a vuestro padre, en el metro de Barcelona.

Categoría de 13 i 17 años. Fert Batxillerat

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