Mirada
Dos desconocidos sentados frente a frente, con la mirada perdida, aunque parezca que se miran fijamente. El movimiento del metro nos mece tan dulcemente que crea un baile involuntario que consigue que mi mente despierte. Salgo de mi aturdimiento y me paro un momento a mirar esos ojos verdes. Una mirada triste, llena de dudas, que está intentando esconder tantas historias con pocas victorias. Ojos que parecen esforzarse por no llorar, se mantienen serios e intentan aparentar estar bien, consiguiendo camuflarlo con el cansancio de un largo día.
El tiempo pareció acelerarse y ya escucho mi parada anunciándose, me paro frente a la puerta y me entretengo buscando mi reflejo en ella. "¡Ahí está de nuevo!", grito en mi mente. La mirada triste me persigue.
Al fin me doy cuenta de que no eran los ojos de aquel pasajero, era mi tristeza la que se reflejaba en ellos. Se abre la puerta, salgo. Todo un viaje de descubrimiento.