Mi asiento azul y gris

EP

Aquí sentado en el metro, línea verde, como todos los lunes y los martes de este mes. Son los únicos días que no teletrabajo y salgo de mi piso, donde ya no hay más confín entre trabajo y vida privada. Lavadoras entre una call y un correo, comidas y siestas que antes no podía hacer y ahora sí, pero en el mismo escritorio que se ha transformado en la extensión de mi cuerpo. Como el móvil, como la silla, como los cascos.


 Los mismos cascos que todes les que me rodean en este vagón tienen puestos. Estoy casi seguro que si empezara a gritar ahora mismo, con el culo sobre el otro asiento de mi vida, lo azul y gris, nadie levantaría los ojos de su pantalla, pensando que sea solo otro video con el audio demasiado alto.


 Ya no se ve nadie leer en el metro, qué frase tan cliché. No se ve más gente leer en sus camas o en su sofá, y hasta en las escuelas. ¿Por qué deberían leer en el metro? Como yo ahora. Con los dedos demasiado grandes para pisar los tactos correctos y con muchas rayas rojas que evidencian mis faltas ortográficas.


¿Dónde está el puto corrwctor automqtivo en estos casos?


 No sé si tendré tiempo en casa para revisar el texto. Porque es toda una cuestión de tiempo. Quien va rápido gana. A veces me siento aquí, en mi asiento azul y gris y pienso que toda esta rapidez no sirve de nada. ¿A dónde corremos? ¿Por qué corremos? ¿Para pillar otro metro para ir mas rápido? ¿Pero adónde? Para ir a facturar sí, algo aún más rápido, que te consuma.


 Levanto los ojos y la de mi lado está mirando todas mis rayas rojas en la pantalla.


Sí, hablo de ti.


Te veo.


Te ríes.


Yo también.


Porque al final esta es nuestra nueva realidad. Sentados al lado uno de la otra, hablamos a través de una pantalla, sin habernos siquiera intercambiado los números.


 Suerte que mañana es miércoles.

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