El bosque de las historias

Carla

-Uf, por fin estoy en el metro. Qué sueño tengo…


Isis se sentó en uno de los asientos del metro y cerró los ojos. De repente se oyó un chapoteo, fue como si una gota helada le cayese en la frente y despertó.


Cuando abrió los ojos vio que ya no estaba en el metro, almenos no en el metro que conocemos. El metro estaba inundado, con un palmo de agua mínimo. Además, estaba abandonado, medio derruido y cubierto por la maleza. En ese momento, escuchó la típica cantinela del metro: “Tin tin tin, próxima parada…” Eso es, tenía que ir hacia el sonido, así encontraría la manera de regresar a su mundo.


Empezó a caminar en la dirección que le indicaba la melodía. Al principio caminaba con cautela, pero a medida que avanzaba sus ansias por volver a su mundo crecían, así que al final acabó corriendo. Mientras corría se dio cuenta que en las paredes del metro aparecían y desaparecían imágenes, también se dio cuenta que la maleza había dado paso a los árboles, pero seguía en el metro, y respecto a las imágenes se dio cuenta que representaban escenas de diferentes mitos. Vio que en una imagen se estaba representando el mito de Aquiles, en otra se representaba el mito en el que Anubis crea la primera momia, había tantas escenas de mitos que no se podían contar.


Antes de que se diera cuenta ya había llegado al lugar de donde procedía la melodía y en ese instante la volvió a escuchar: “Tin tin tin próxima parada…” Pero esta vez procedía de una especie de lago. Isis no las tenía todas consigo, pero igualmente se metió en el lago. El frío la inundó, no imaginaba que el agua estuviese tan fría pero igualmente nadó hasta el fondo y tocó la suave arena del lago. 


Entonces oyó un chapoteo y abrió los ojos. Estaba en el metro, estaban a punto de llegar a su parada, mejor dicho, ya estaban en su parada. 


 


 

Categoria de 8 a 12 anys. BetàniaPatmos

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