Continuar sin saber
Hace un mes, mi vida cambió por completo. Primero de todo, soy Aiden, un joven universitario infeliz.
Mi historia comenzó justo cuando estaba en el trayecto para poder ir a mis clases. Las tenía por las mañanas y me despertaba a las 4am para poder hacer mi rutina diaria: salir a correr, volver, ducharme, cambiarme y dirigirme al metro de la línea 1, ya que era el transporte que tenía que coger. Su trayecto era de unas siete paradas, siete largar paradas antes de llegar a mi aula a tiempo. Al acabar las clases, volver al trayecto y subir de nuevo al metro, hizo que mi mundo diera una vuelta. Los primeros minutos fueron como siempre, pero a medida que la gente se acumulaba, las personas empezaron a gritarse entre ellos, a insultarse e incluso a pegarse sin ningún motivo. Yo no sabía cómo actuar, no tenía espacio y mi mente se bloqueó al instante, al ver que recibía un golpe en la cara. Era el colmo, así que lo primero que hice fue chillar y pedir que se callaran, a lo que me hicieron caso, hasta que pasó una desgracia por la que una multitud empezó a asustarse y a gritar de nuevo, pero esta vez, con verdadero miedo. Resultó que había una señora drogada y con un arma, la cual empezó a disparar sin parar y sin ningún objetivo. Vi cómo las balas se apropiaban de las personas y sin reaccionar, y cómo me atravesaba una en el pecho. Me quedé paralizado hasta que el metro se llegó a la tercera parada. Rápidamente la gente huyó, y a los que recibieron tuvieron que buscarnos los guardias. La señora no fue para nada lista, no tenía escapatoria, así que ni siquiera se esforzó en huir, era como si diera por finalizada su vida. Lo último que observé, fue como la arrestaban mientras a mí me llevaban en una camilla para transportarme en ambulancia, donde me desmayé para no despertar hasta tres semanas después.
Al parecer estuve en coma, fue un milagro para los doctores que abriera los ojos, dado que pensaban que no lograría vivir. Al recibir las noticias, los profesionales se dedicaron a hacerme estudios, pasó un tiempo y llegaron a la conclusión de que desgraciadamente tenía no más de tres meses.
La noticia me impactó, pero no tuve más remedio que aceptarla. Así que decidí que me dieran el alta, aunque no habían acabado de analizarme. Lo primero que hice al salir fue mentalizarme y cuestionarme lo que realmente me hacía feliz. Tras unos días, llegué a la conclusión de que la presión que sentía y que me quitaba la felicidad y el tiempo era los estudios, así que decidí dejarlos. Pensé que me encontraría mejor o sería más alegre después de eso, pero fue totalmente lo contrario.
Decidí volver al hospital y quedarme hasta que muriera. No tenia a nadie que me acompañara y solo me sentía incompleto, asi que decidí que me realizaran la eutanasia, ya que cada me iba encontrando peor y sabía que tenía los dias contados.
Categoria de 13 a 17 anys. Institut Miquel Tarradell