Amor entre vías

Inés

Cada mañana, un chico alto, moreno, de ojos verdes, se dirigía, después de haberse vestido formalmente, al metro, para así, mediante la línea verde, llegar a la universidad. En el metro vivía fundido en la música de sus auriculares. Este se hacía llamar por sus amigos Gon.


A su vez, una chica hermosa, de pelo marrón y ojos oscuros, que vestía con colores y prendas simples, pero porque no le hacía falta más, se movía por la línea verde hasta “Zona Universitària”. En el metro vivía fundida en el relato de su libro, que narraba la historia de una mujer llamada, igual que ella, Berta.


Estos dos jóvenes habían seguido el mismo recorrido durante casi un año, ni siquiera habían cruzado miradas, ya que cada uno se encontraba en su mundo y en su soledad en un vagón repleto de gente y malos olores. De vez en cuando se adueñaba del espacio una fragancia acogedora de una elegante abuela, aunque en pocos segundos se desvanecía.


Un día como todos los demás, martes, soleado, con prisas matinales, la vía del metro sufrió un desprendimiento del techo; como consecuencia, todos los vagones, incluido en el que se encontraban Gonzalo y Berta, frenaron bruscamente, provocando que todos los pasajeros que permanecían de pie cayeran al suelo unos sobre otros. Casualmente, Gonzalo estaba sentado y Berta cayó sobre él, que con muchos reflejos la agarró como un príncipe a su princesa. Fue justo en ese instante cuando olvidaron el caos en el que se encontraban, se cruzaron sus miradas, rozaron levemente sus manos, y la conexión que en aquel momento ninguno de los dos había vivido antes, invadió sus sentidos, sus almas y sus corazones.


Tras volver a la realidad, Berta se disculpó, se bajaron juntos del tren y, con mucha naturalidad, empezaron a hablar de sus aficiones, de la universidad, de amigos… La conversación continuó por mensajes, y en tan solo unos días, ya era como si se conocieran de toda la vida.


Gonzalo, un chico abierto que conocía a todas las chicas de su barrio, y no precisamente por ser un amigo, había volcado toda su atención en una de las chicas, a primera vista, más reservadas.


Eran tal para cual, se pasaban todo el día juntos, exceptuando las horas de clase. Quedaban con sus amigos, que de casualidad ya se conocían del colegio, y tras risas y tonterías de adolescentes recién convertidos en adultos siempre acababan los dos en casa de Berta o en casa de Gonzalo. Se divertían, veían pelis y gozaban del cariño que sentían el uno por el otro.


Tras un año de relación, recordaron cómo el mejor regalo apareció en sus vidas; en un simple trayecto en el metro de Barcelona. Qué simples son las cosas cuando no las buscas, cuando no esperas nada. Vivir tranquilo y, sin motivo alguno, recibir una sorpresa de la vida, una sorpresa que te va a acompañar eternamente, en lo bueno y en lo malo, así define Berta su amor con Gonzalo.

Categoria de 13 a 17 anys. Fert Batxillerat

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