DESDE EL EXILIO DE MI CASA
DESDE EL EXILIO DE MI CASA
Es Marzo y llueve.
Una lluvia de distancia cae
sobre el desierto de la gran ciudad,
ahuyentando el vuelo de la paloma de la paz.
Lluvia y llueve soledad y yermo como barro y agua.
Llueven distancias. El hombre emite su aliento
mientras yo permanezco en su extrarradio
confinado con mis besos y caricias en el sofá.
Distancia y confinamiento se han casado
y para comer solo hay menú de aislamiento,
sabor de confitura de añoranza,
pastel de melancolía con gusto de destierro.
La ciudad se ha callado y yo recorro las calles
descalzo por la avenida del silencio de mi hogar:
aislamiento y tristeza son mis sombras.
El hombre permanece en la
metamorfosis de un instante congelado...