Gracias

Bel Hunter

El trajín del convoy, las personas, unas apeándose y otras esperando a entrar en el vagón. Mucho ruido. Estoy sentada y cierro los ojos. Respiro despacio.


Cuando abro los ojos, un gran resplandor invade el espacio y no están las personas que hace unos segundos tenía alrededor. Me levanto, creo que la próxima es mi parada.


Doy un paso y otro más….con la incerteza de no saber qué parada acabamos de dejar y la precipitación del desconcierto. Mucho ruido. Siento que no llego a la puerta. Pierdo fuerza en las piernas. Caigo.


Alguien grita, mis ojos se esfuerzan por enfocar. Veo a varias personas que me sujetan. 


Poco a poco vuelvo en mí.


Una mano fría toca mi frente. "¿Estás bien?"


Acabo de incorporarme y me acercan una botella de agua a los labios. Palabras amables a mi izquierda y derecha.


Apenas dos minutos y medio hasta la siguiente parada, pero todo transcurre a cámara lenta.


Me acompañan hasta los asientos.


Una señora con olor a rosas me ofrece un pañuelo y un chico me acerca el bolso.


Miradas de preocupación frente a mí y el resto del vagón pendiente de cada uno de mis gestos….alguien me da aire con un abanico. Me avergüenza ese protagonismo y noto como el calor sube a mi cara. Titubeo un gracias.


Frena el vagón.


Al levantarme, se hace un pasillo que me dirige hasta la puerta y de allí al andén. Palabras cariñosas; gestos amables.


La señora de la fragancia a rosas y una chica con el cabello de colores se sientan a mi lado en un banco del arcén.


Echo una mirada al vagón, unos segundos hasta que se cierra la puerta de nuevo. Veo miradas de preocupación y otras de curiosidad.


El vagón arranca y mientras espero a los servicios sanitarios, tomo la mano de la señora por un lado y la de la chica por el otro. 


Mi niña lleva prisa por nacer y no se le ha ocurrido una idea mejor que hacérmelo saber en hora punta.


Solo tengo palabras de agradecimiento para todas esas personas, desconocidos y desconocidas que no dudaron un momento en ayudarme y acompañarme. Generosamente me ofrecieron su atención y su tiempo; en estos días donde las prisas y la individualidad marcan nuestro día a día. Gracias.

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