Voy en el 6

Lola Pons

He cogido el 6. El viaje será largo, de principio hasta casi el final. Un buen trayecto.


Casi todos van mirando el móvil, yo no. Quiero ver las caras de las personas, cómo actúan, cómo se mueven, cómo va cambiando el perfil de la gente que sube y baja.


Ahora ha subido una persona mayor y ha bajado a las dos paradas. Su movilidad no era buena. He pensado en la vida que ha podido tener, se veía apacible y tenía una belleza digna de una estatua griega. Me gustaría irradiar esa paz y esa armonía que he visto en su cara cuando yo llegue a su edad.


En Marina ha subido una chica con sus dos hijos, dos terremotos, ha estado mandando, riñendo, informando, curando, besando, instruyendo y como no, alimentando, Se la veía cansada, agotada físicamente, pero sus ojos desprendían una vitalidad que sólo la juventud tiene y un amor indescriptible.


En Passeig de Sant Joan ha subido una pareja de instituto. Él muy niño, ella muy mujer. Parecía que querían ser novios o lo eran, no sé. Han empezado bien y han acabado mal. Ella le decía que él tonteaba con otras, él con su acné en efervescencia decía que era mentira. Ella insistía. El quería saber cuándo ella lo había visto porque él no lo había hecho. Ella decía que todas sus amigas lo sabían y que ella estaba quedando como una tonta. La cosa se ha enzarzado. El no tenía más argumentos que "yo no he hecho nada". Ella los tenía todos: cuernos, amigas, mensajes, wzpps, redes sociales....... y sin más, en un gesto dramático y teatrero, ha aprovechado el momento y se ha bajado del autobús en Diagonal, cuando casi cerraban las puertas y él se ha quedado con su acné y su boca abierta sin saber qué hacer. Después de un tiempo de reflexión o estupor que le ha durado como un minuto, ha sacado el móvil y se ha puesto a teclear como un poseso. ¿A ella? No lo sé.


En Diagonal también ha subido una chica latina que ha obsequiado a todo el personal del bus con su conversación telefónica con una compatriota sobre un marido que ella tiene en Colombia y un novio en Viladecans. El público en general ha podido constatar, como yo, que el amor con el de Bogotá hace tiempo que se esfumó pero tienen una propiedad a medias que hay que vender, y que el de Viladecans, aunque sea el novio actual, no tiene futuro porque no es muy ambicioso y pretende seguir trabajando en la misma fábrica en la que está ahora, y eso a ella no le gusta, quiere alguien con más empuje, pero de momento ha dejado muy claro que, mientras no salga otra cosa, seguirá con él porque baila bachata y perrea muy bien. También se ha constatado que el susodicho tiene mujer y 3 hijos en Ecuador y ha de enviar dinero allí y eso a ella no le conviene. Han quedado las amigas para salsear un día de estos y ver si pueden hacer la verbena de San Juan en una playa. Puede que lleve a otro con el que empezando a salir, que mucho no le gusta pero gana bien. Se llamarán.


Y mi favorita, una mujer mayor de cejas pintadas, pestañas postizas y labios color fresón, acompañada de su marido con toda la bisutería barata encima y el Rolex falso, que no ha parado de criticar a la cuñada que no sabe vestir ni presentarse en ningún sitio. Porque por la vida hay que pasar con elegancia y arreglarse y porque es una falta de respeto no ir bien vestido como ella y a la moda. No cuesta tanto, creo yo, ha sentenciado. Al marido no se le ha oído la voz.


Y sintiéndolo mucho he llegado a mi destino. He tenido que bajar de mi estimado 6 que tanta vida me da y tanto me distrae.


Por favor, miren i oigan.


 


 

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