Propera Parada...
Otro lunes más caminando por la calle Verdi hacia la estación de Fondo con frío y recordando dos cosas: porque no tengo un apellido compuesto de una familia burguesa para no madrugar y porque estamos en 2025 y aun no se ha ampliado la L1 hacia Badalona.
Bajo las escaleras y llego al andén derecho, me siento en el primer asiento que encuentro y me pierdo mirando las siluetas que hay serigrafiadas en el andén y me pregunto:
¿Nadie se ha percatado que esos seres no son de este planeta?. Tras reflexionar sobre la anatomía de las serigrafías procedo a continuar mi lectura hasta llegar a Sagrera, ¿quien iba a decir que mi retiro cultural serían los vagones del metro? Voy pasando las páginas y la lectura me absorbe, desconecto totalmente de mi entorno, ya no se ni por qué parada voy y estas van pasando, Baro de Viver, Trinitat Vella…
De repente el metro frena y vuelvo a la realidad pero me encuentro el metro vacío ¿me he vuelto a pasar de parada?, mientras voy volviendo a la realidad hay cosas que no encajan, la parada que estoy viendo no la había visto nunca, ¿qué parada es Correus? y ¿dónde está todo el mundo?
Salgo del metro totalmente desconcertado y me encuentro una parada totalmente desconocida con carteles y publicidad que no encajan con la época actual ¿anuncios de cigarros Celta y coñac Soberano que indicaba que era cosa de hombres? Continúo examinando la estación con una pregunta en mi cabeza: ¿Por qué el Soberano es cosa de hombres?
Comienzo a caminar para buscar la salida de la estación, el trabajo espera y no sé ni dónde estoy. En mi cabeza sigo intentando encontrar lógica a lo que veo y pienso: Estos de Netflix cada vez se vienen más arriba con las campañas de publicidad. Mientras intento entender qué está pasando siento que algo detrás mio se mueve, me giro pensando: "Ahora vendrá el influencer de turno a decirme patochadas sobre la nueva serie”, pero no hay nadie, creo que mi cabeza empieza a pasarle factura el madrugar.
Delante mío encuentro un mapa del “Gran metro de Barcelona” con sólo 6 estaciones (Correus, Jaume I, Urquinaona, Aragó, Diagonal y Fontana). Voy asumiendo que estoy en una estación congelada en el tiempo y me pregunto ¿Cuántos trabajadores habrán pasado sus lunes por esta estación? Levanto la mirada y comienzo a ver a pescadores que se dirigen al puerto (1934) , milicianos de la CNT ayudando a la gente en el túnel mientras bombardean Barcelona (1937), trabajadores industriales con un bocata envuelto en periódico mientras hablan sobre la ocupación de la SEAT y el papel del partido y de CCOO (1971).
Miro a mi izquierda y me encuentro una nota que indica: “Con motivo de la adaptación de la línea III… A partir del próximo lunes 20 del actual, se cerrará el servicio de la estación de Correos… Barcelona 14 de marzo de 1972”.
De repente, la estación vuelve a quedarse vacía y ésta comienza a deteriorarse muy rápidamente. La estación que hace un minuto rebosaba vida, ahora solo son ruinas y un recuerdo del pasado, unos pitidos ensordecedores rompen el silencio indicando: “PROPERA PARADA URQUINAONA”.
Abro los ojos y vuelvo a la realidad, Sagrera pasó hace bastantes paradas, y ya llego tarde al trabajo, con lo que en Urquinaona decido cambiar a la L3, miro por la ventana entre Jaume I y la Barceloneta. En el reflejo del cristal me encuentro a la misma gente del sueño y los restos de una estación, entonces decido imitar la voz de megafonía indicando: “PROPERA PARADA CORREUS”.