Eric y Olivia son Humanos (1)

Erivia

Llamo a tu teléfono porque no contestas a los mensajes. Encima tu ubicación no aparece en Buscar mi iPhone. Si hubieras dicho algo antes de entrar a la estación quizá podríamos haber acordado dónde vernos, pero no, parece que te encanta tenerme impaciente. Siempre haces lo mismo. Esperaré sentado en las escaleras de La Sagrera a ver si puedo verte antes de que cojas el e9 para Caldes de Montbui. Pasaré este rato escribiéndote algo bonito, como hago cada vez que vuelvo a Lesseps después de acompañarte al bus tras un día lleno de felicidad contigo. Seguro que te sacaré una ligera sonrisa tímida, como las que veo cuando te digo que estás preciosa mientras te miro enamorado.


 


Pues nada, has llegado antes de lo que esperaba. Agarro tu mochila y me la pongo para que no tengas que estar cargada hasta que te vayas. Saco mi mejor abrazo del repertorio y te sacudo en el aire. Siempre nos miran mientras hacemos estas chorradas, como cuando te regalo flores y vamos en el metro con tus ojos iluminados. Es inevitable que la gente mire a la típica parejita del metro, yo lo hacía anhelando que llegara a mi vida un amor como ese. Increíblemente creo que lo tengo, aunque por el capricho inefable del destino. Gracias a un algoritmo de las redes sociales ahora llevamos 364 días juntos. Debo decir que un algoritmo no es una fuerza inentendible, pero mola más pensar en cómo conocí a mi novia así.


Entablamos una conversación entre besos, abrazos y caricias. Gozamos de la inevitabilidad de mantener el tiempo. Recordamos aquel día en la L9N viendo las vías del tren por primera vez mientras íbamos a intentar patinar por Can Zam. Aunque no patinamos porque cerraron justo al llegar fue uno de los mejores días que pasé con ella. 


 


¿Cómo puede ser que quiera tanto a una persona? Intentaría explicarlo científicamente pero la médica eres tú y yo soy el periodista que endulza tu vida con sus palabras. A veces pienso demasiado en que no merezco recibir el amor que doy. Considero que debe ser porque solo vi un beso entre mis padres durante toda mi vida. Al ver a mi padre desaparecer entendí que el amor romántico no estaba en casa. Tengo amor por ti... Así será siempre. La verdad es que tengo suerte, estás aquí hablando de tus cosas como si nos conociéramos de toda la vida. Un día, en un futuro aún lejano, te pediré matrimonio. No tengo ninguna duda. Ya sé que es una locura, pero así se ha de vivir. Así que conservaré esta idea bien guardada en mi cerebro.


 


Las despedidas son lo mejor. Espero fuera del bus y me despido de ti como un padre diciéndole adiós a su hijo yendo de excursión. Se nota que somos inmaduros y me encanta. Cuando te vas te mando un mensaje para que me avises al llegar a casa, aunque tengo tu ubicación, y así poder hablar un poco más contigo.


 


Odio tener que acabar esto, pero debo hacerlo. Releo el texto.Te has muerto…


 


¿Soy yo o pretendías que la primera letra de cada frase hiciera los nombres de nuestras paradas favoritas? Qué bonito eres... Acabo de recordar nuestro primer beso en el suelo del metro abrazados tras una sacudida. Si el metro supiera que inició nuestro amor sería el más feliz del mundo.


 


Quizá si estuvieras viéndome ahora mismo pensarías que nuestro amor se acabará, pero no. Cada espacio que compartimos guardará lo nuestro. Lesseps, Catalunya, Passeig de Gràcia y Les Corts solo son un preludio de todas las estaciones que, silenciosamente, han sido partícipes del amor más puro que pudimos tener.

T'ha agradat? Pots compartir-lo!