El espíritu de los tiempos
Unas manos que venden fruta se escriben cada noche con unas que cortan tela. El tacto de la seda imagina ser el de la uva y el del terciopelo a menudo es confundido con el del melocotón. Los dueños de esas manos creen ser almas gemelas y chatean al anochecer cuando al fin ya descansan bajo la manta tras un día agotador. Se escapan las horas tras la pantalla, y media sonrisa vibra iluminada por una tenue luz azul. La imaginación hace de tacto, olfato y vista, y conforma con ello la cartografía de un presente que puede significar un posible futuro, quién sabe, algún día. A todas horas, en todas partes, infinidad de pulgares y dedos índices escriben las más elocuentes palabras, convenientemente editadas, y las risas más musicales estallan en largas conversaciones como fuegos artificiales en una playa de noche.
Esa playa nocturna iluminada por destellos de pólvora se está abriendo camino ahora mismo en el metro en el que viajas, desde el asiento contiguo al tuyo. No has prestado atención, pensando en tus cosas como vas, pero a tu lado, unos dedos que cosen carne en un quirófano teclean deprisa más emojis de los necesarios para diez dedos que corrigen exámenes de secundaria. Estos últimos, reciben al otro lado tantísimos emojis de más con el entusiasmo propio del destinatario: <3
Algunas manos gastan todos los cartuchos en los primeros diálogos y otras van más lentas. Puede que las palmas de ambas no se lleguen a tocar jamás, cansadas como están a veces, de ese gigantesco expositor de charcutería en el que se ha convertido el mundo en las aplicaciones de citas.
Enamorados de su reflejo en la pantalla, del objeto de su deseo, mientras deciden si aparecer o no, mientras se lo piensan y ya si eso vamos viendo, conviven aquellos espíritus mediocres y llenos de cobardía con los más generosos y bellos.
Ojalá estos dedos que cosen carne y escriben pletóricos a los que corrigen exámenes, aquí y ahora en este vagón vacío a tu lado esta medianoche, venzan al espíritu de estos tiempos, y resulten ser de los segundos.