MÁS NEGRO QUE LA NOCHE

Graby

Estación Sant Pau/ Dos de Maig, CAP de la Sagrada Familia, mi madre ha adquirido la costumbre de llevarme allí cada semana, desde que cree que estoy enfermo y estudia junto con mi médico de cabecera ¿Qué puede ser lo que me está afectando?


No entiende cómo de un tiempo para acá, suelo vomitar cada mañana en el metro. A veces aviso con tiempo y bajamos fuera del vagón, pero otras veces no lo logro y lo hago dentro, causando molestia a los muchos usuarios de la TMB.


Al principio mi madre lo atribuyó a mis desayunos y la manera apresurada de ingerirlos, pero al hacer unos cambios en mi rutina alimentaria, se dio cuenta de que otra debía ser la razón. Así que pensó que me mareaba por ir de pie en el vagón del metro, hacía todo lo posible para que pudiera sentarme, luego se fijó que en la estación Camp del Arpa solía empapar los zapatos de varios usuarios con mis vómitos.


Cansada de tanta suposición decidió llevarme al médico. Vértigos matutinos y problemas con el oído interno. Así fue como obtuve visita con el otorrino, cuando fue descartada esa teoría, llegó otro diagnóstico: presión baja. Que también fue descartado por gozar de excelente salud.


Las visitas al médico continuaban y mis paradas en el Sant Pau/dos de maig, también, mi madre estaba mas preocupada que nunca y no sólo por mis mareos, sino porque en las noches me despertaban gritando por mis pesadillas.


Situación que mi psicóloga catalogó como terrores nocturnos, me hacía preguntas sobre mi familia y mi vida, aun así no daba con las razones de mis pesadillas.


Soy un chico de once años, querido por todos, buen estudiante y deportista, en mi casa todo esta bien, tengo buenas notas en clases, muchos amigos y bastante sociable, entonces ¿Cuál es el motivo de mis trastornos nocturnos y matutinos?.


Pues era algo muy difícil de contar a mi medico, a la psicóloga y a mi madre; desde hace unos meses atrás en la que solía ser mi ruta diaria al colegio, desde la estación Congres hasta la estación Sagrada Familia ocurría que veía un personaje que me resultaba muy raro, en una de las estaciones mas concurridas de la Línea 5, La Sagrera, cada vez que lo veía me sentía impactado por varias razones.


Desde su vestuario totalmente negro, igual que sus cabellos, piel, zapatos, capucha, hasta sus impactantes ojos negros que me observaban profundamente, de un tono tan negro y brillante que me hacían erizar la piel. Al principio creí que era parte de mi imaginación, ya que solía jugar muchos videojuegos viendo muchas cosas que pudieren sugestionarme, pero luego comencé a verlo cada día y el solo me miraba fijamente a mí.


Pero no era el temor a este ente oscuro lo que me hacía vomitar, sino el olor putrefacto que despedía su cuerpo viéndose en forma de aura grisácea sobre el, que al parecer solo yo podía oler, siendo la irrefutable razón por la que procedía a vomitar en la siguiente estación.


Había notado que con el pasar de los días el ente oscuro se acercaba mas al vagón, pero sucedió que ayer al parar en la Sagrera se subió, inmediatamente le dije a mi madre que me sentía muy mal, así que al detenerse en la estación Camp del Arpa salí corriendo a vomitar y vi cómo el ente se quedó parado observándome dentro del vagón, hasta cerrarse las puertas y el tren se fuera hacia su siguiente parada.


Tuve que contar a mi madre lo que estaba pasando y como era de esperar hoy voy en el metro de la Línea 4 para verme con un psiquiatra, gracias a esta decisión ya hoy no pasaré por La Sagrera.

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