Chica del metro
Cada vez que sonaba el titatun del metro mi codo despertaba a la chica que había en el asiento de al lado, ella abría los ojos miraba desconcertada pero proseguía a mirar en qué parada del metro íbamos, al rato volvía a tener los ojos cerrados.
Titatitun, golpe de codo, despertar, mirar la parada y seguir durmiendo.
Así unas cuentas veces hasta que me miró y le expliqué , yo te voy dando para que puedas ver por dónde vamos. Próxima la próxima , me indicó y en la próxima ya estaba alerta, se levantó y se despidió.