Un cambio en mi vida

Ana María

Mi llegada a Barcelona fue complicada pero con el tiempo conseguí tener una rutina que al final me acabaría consumiendo. Todos los días eran lo mismo, incluso los meses y semanas; conseguí hacer dos amigos: Unai, al que conocí nada más llegar, un chico con mucha energía que con tan solo una mirada me hace reír, y Tami, mi compañera de piso.


Todos los días hacía lo mismo; cogía el tren, iba al trabajo, volvía a casa en tren y volvía a empezar. Ese día, Unai no pudo acompañarme como todos los días. Realmente nunca me gustó mi trabajo, en general mi vida, estoy cansada de la rutina, siento que me ahogo en un pozo en el cual no llueve.


Llegué al tren,  cosa rara ,está vacío, así que camino hacia el fondo para sentarme donde hay unas mesas, al lado sentado está un chico leyendo un libro que yo leí hace dos años para la universidad, todavía recuerdo su singular final. Me dan ganas de comentarle algo sobre el libro, me recuerda a mí. Era un yo en chico de hace un par de años, no sé por qué pero por algún motivo siento la necesidad de hablar con él, siento que si no lo hago me arrepentiré, así que junto toda la valentía e inicio una conversación.


-Hola-dije con mucha vergüenza.


-Hola-lo dice con una voz grave.


-¿Qué te parece el libro que estás leyendo?-decido añadir algo más ya que parece algo confundido por mi pregunta- me gusta mucho leer y hace un tiempo leí ese libro para un trabajo de la universidad-digo mientras saco un libro de mi bolso para leer yo también.


-Por ahora me gusta bastante, pero no entiendo los sentimientos del protagonista.


-Es un personaje complejo, pero el final es inigualable y entiendes muchas cosas del contenido del libro.


- Parece que entiendes mucho de libros.


-Me gusta leer, es mi lado friki.


En respuesta él se ríe y luego añade una frase para presentarse mientras se sienta delante de mí y me tiende su mano.


-Encantado, me llamo Connor-dijo con una sonrisa radiante,


-Encantada, soy Maeve-contesté también sonriendo, 


Hablamos un rato y ni sé cómo acabamos compartiendo números de teléfono; con el tiempos nos conocimos, salimos a pasear, a tomar algo en los bares, a la playa y a mitad de nuestra historia me doy cuenta de que mi vida ha cambiado radicalmente; trabajos, amigos, pareja. Todo ha cambiado, no es perfecta, pero si Connor está a mi lado siempre será mejor y todo había empezado por esa mañana en el metro de Barcelona 


 


 

Categoria de 13 a 17 anys. Institució Igualada

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