El funicular a Montjuïc
Siempre me había dado miedo el funicular de Montjuic , mi miedo a las alturas me impedía disfrutar de las vistas de Barcelona.
Un día por mi cumpleaños, paseando por los alrededores de la montaña , mi marido me animó a que subiera y acabara de una vez con mi miedo. Él estaría conmigo y nada pasaría.
Tiene razón, pensé, ya es hora de que acabe con mi miedo y lo afronte. Me me animé y entramos en la cabina donde había otra pareja más como nosotros.
Se empezó a mover y la sensación de ingravidez se apodero de mí , entré en estado de ansiedad y angustia. Entramos en una niebla espesa en la que ya no se veía nada, y una enorme sensación de paz y alegría se apoderó de todos los que estábamos allí en la cabina, nos miramos todos y la puerta del funicular se abrió y vimos un camino lleno de flores, arboles y vegetación. Salimos al exterior y era un paraíso precioso de flores, arboles y ríos de agua cristalina, pájaros, mariposas, todo tipo de animales preciosos.
No podíamos hablar ante tanta belleza.
Caminamos y nos sentamos en la hierba , de pronto todo se oscureció y empezó a llover , unos nubarrones descargaron agua , empezó a oler mal y vimos animales muertos, los ríos con aguas fecales, arboles quemados y la hierba seca, donde todo era hermoso , ahora era un lodazal. ¿Qué había pasado?
Nos fuimos al funicular que nos estaba esperando, estábamos tristes y asombrados ante todo lo que habíamos visto, nos sentamos en los asientos y nos miramos entre nosotros sin comprender nada de lo que había pasado.
El funicular empezó a moverse y una voz salió de un altavoz que estaba en el techo y no habíamos visto, y decía: "Habéis visto lo que podría pasar si seguís maltratando vuestro hogar, tenéis en vuestra manos el poder cambiarlo, no sigáis por el camino que estáis ahora, sino ya sabéis lo que pasará."
La voz cesó y llegamos a nuestro destino, se abrieron las puertas y le dije a mi marido: Vaya, el viaje no ha estado tan mal, ¿no? Él me cogió de las manos y me dijo: ¿Ya no tienes miedo? Ha sido un viaje alucinante no lo olvidaré nunca.
La otra pareja y nosotros nos fuimos andando hasta llegar a plaza España y allí cogimos el metro, nunca olvidaríamos lo vivido en el trayecto del funicular a Montjuïc .