Travesía

Gabriel fabre

Ese día no había familia , desde que murió mi abuelo la familia estaba más dividida . Al punto de que solo quedábamos yo y mi tía , una tía por parte de madre, que ya tenía su plan . Dicho plan era ir a casa de su amiga y quedarse a pasar el fin de año . Nos llevábamos bien , pero supongo que eso va por épocas. La época donde eres joven siempre es más fácil llevarse bien .Donde eres más joven y tienes menos recursos ,claro . A mí,  sin plan alguno para la cena y la tradicional toma de uvas , no me quedó otra que rellenar ese espacio acompañándolas.


No es por ser desagradecida, pero no entraba en mis planes , yo pensaba hacer otro tipo de cosas pero al final no pudo ser . Ya en la cena ,una cena bastante aceptable y más rápida de lo que imaginaba, llegó  la hora de las ansiadas uvas , en mal momento a mi parecer, pues me dio por vomitar instantes previos . La ingesta de marisco y la mezcla de varios tipos de alcohol y licores me habían quitado las ganas de celebración .


Sólo luchaba por no perder el poco glamour que me quedaba ni perder el equilibrio , pensaba en llegar lo más presentable posible a la discoteca de después . Y celebrar que ya terminaba este año nefasto. Aun sin saber si llegaré a tiempo y aun sin saber si por mi estado me dejarían pasar . Presentía que será una odisea llegar , presentía que incluso sería una odisea salir de casa de la amiga de mi tía .


La amiga de mi tía también lo era de la familia en general , y nos conocía bien. Podíamos vomitar con confianza y molestar lo que fuera preciso , no era mi intención por supuesto pero cualquier acción, después de acoplarse a la fiesta, sería de gran incordio. Por lo menos a mi entender ,después de las fotos pertinentes y de guardarme en una bolsa plástica las provisiones, sentí que sobraba de ese lugar .


Deseándoles feliz año hasta a las figuras del belén y dejándoles todo el estropicio por recoger, salí de la casa rumbo al metro. Del metro tenía que ir al autobús, donde había quedado con un amigo, y del autobús tenía que andar varias calles . No era una travesía fácil en mi estado , me percaté de ello cuando tomé el metro en dirección contraria a la que tenía que ir . Una vez corregida la dirección y revisadas mis pertenencias, me dispuse a llegar al punto de encuentro. 


La travesía ,como ya supuse de antemano no fue fácil, mucha gente en el transporte público,mucha gente pero pocas personas . Ruidos , peleas, exibicionistas por doquier y encima al caos se le sumaba mi doble o triple visión a causa del alcohol.


Desaliñado en general , y sin batería en el teléfono móvil. Algo en mí  decía que la noche no iba a ser como la planeé. Repasé el presupuesto, ya que no iba precisamente holgado y seguía luchando contra la alta contaminación representada en decibelios .



Sin saber muy bien cómo, conseguí llegar a la ansiada parada .En ese momento me sentía un dios, me reía yo de los viajes del pringao de Williver.  Nada más salir de la parada del metro y después de que me ofrecieran sustancias ilícitas, lleguÉ a la parada de autobús . "Ánimo, ya queda poco para llegar", me decía a mí mismo, ebrio en la noche. Sin pensar en el desgaste que ya llevaba y en lo que me faltaba por acabar la noche. Me autoanimaba , ¿qué sería del ser humano sin el poder de autoengañarse? 

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