REDES

GLORIETTA TOVMA

Vidas cruzadas a cada minuto, un vagón repleto de diferentes realidades, muchas que son casuales y otras no tanto. Los recuerdos son la base de las emociones, y por tanto de la vida, pues cada fragmento de ellos, puede que tenga mensajes, símbolos, o indicadores que permiten hacer conexiones, como las redes del TMB.


 


En el metro viajan las personas, con otras personas, o con sus cosas; quizá alguna maleta a distinguir, bicicletas y scooters, alimentos favoritos, libros para leer, por su puesto, celulares en mano, y lo que más me encanta mascotas, generalmente perros, así que este breve relato es de Badal, un perro de raza Pastor Alemán, con heterocromía iridum, (un ojo verde y otro azul) un pañuelito mostaza al cuello, y con apenas dos meses de edad, tomado por Elizabeth una niña de 11 años de edad, en una cajita donde dejan a caninos para regalar.


 


Año 2001, abril


Badal iba en manos de Elizabeth, y su mama les acompañaba; iban sentadas en los puestos preferenciales, y al frente una abuelita mayor, de esas que provoca abrazarlas, olorosas a talco, también tenía compañía, su nieta; un poco mayor que la chiquilla de Badal, todos en dirección Vall d'Hebron, camino a sus hogares. Bajan del metro y se hizo fácil, el saludo cordial, y cortas conversaciones de las noticias en el mundo, sin embargo; no establecieron relación afectiva. Brandon en cambio sí lamía las manos de la abuelita. Y Ella le alagaba el pañuelo mostaza que usualmente era igual a de la niña; y su dueña.


 


Adiós ¡Brando!


 


Año 2005 septiembre


Años después, suben al metro L5 en Sagrera, la madre e hija, con Badal ya adulto, y hay una chica de 16 años a quien el perro le lame las manos, y la chica, impresionada, les saluda.


 


-Vaya que eres Badal, esos ojos son inconfundibles. Ya mi abuelita está en el cielo, ahora hago yo las tartas, lindo pañuelo.


Se agacha, y le hace caricias entre sus orejas, se baja a la siguiente estación.


 


 Año 2011 abril


La adultez llega muy pronto, es un salto de parpadeos, y para los perros es eterno, pero para quienes lo vemos desde fuera, parecen siempre jóvenes, de no ser porque Badal ya no estaba tan intranquilo, como otras veces.


 


_Amor, corre…va a cerrar la puerta, llegaremos tarde al curso prematrimonial, y falta la intercepción en la L4.


Hola, Badal, qué tal…lindo pañuelo.


¿Conoces a ese perro?


_Bueno, lo he visto, mira sus ojos y su pañuelo.


Siempre anda con la chica y su mamá. Conoció a mi abuelita.


 


Año 2017 septiembre


Un verano, de vuelta a casa hacia Vall d'Hebron, iba Elizabeth caminando por el pasillo central de la Sagrera, se disponía a montar sobre el vagón, y es interceptada por casualidad, una pareja con un coche doble, a pesar de tener a Badal, que ya estaba viejito, lento, pesado, y sin fuerzas, trató de ayudar a la pareja con cara angustiosa, sube la mirada y era un par de gemelas con un ojo azul, y otro verde, llevaban cada cosa de color mostaza, coche, camisetas, bolsos. Cierran las puertas y el perro lame esta vez los piecitos de las bebas.


 


-Nos vemos de nuevo, Badal, ella es Alice y esta otra Kate. Siempre te recordamos, estoy a punto de saber si ganaré un concurso de nuestra historia, es increíble que ahora mis niñas sean como tú.


¿Quieres celebrar con unas tartas?


 


Vale si celebraron, y al fin se conocieron. 


 

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