Mi debilidad

Isabel

Mi gran debilidad…lo miro y lo besaría…lo cuido cada momento que puedo y jamás le dejaría dormir en la calle…desde la ventana, mientras tomo ese café que me prometieron junto a una charla cargada de ilusiones, maldigo que comience a llover y el metal que lo viste se empape a cada momento…apenas escucho lo que me dicen, pues sufro por no haber encontrado un aparcamiento con techo…mis pensamientos se tiñen de ira direccionada a ella, que con todo su entusiasmo eligió este maldito lugar pintoresco para nuestro encuentro…debí haber venido en el bus matutino que de manera escalonada podría haberme dejado en la esquina..la línea b24...sí...el bus hubiera sido la mejor opción...cinco paradas y hubiera llegado a la calle Mallorca de Barcelona... justo frente a la Sagrada Familia... pero no lo pensé... no... mi mandíbula se tensa, pero las nubes desaparecen y lo que amenazaba duradero se tornó en una repentina llovizna que desemboca en un sol de justicia…espero antes de marchar poder limpiar las gotas que le queden y dejarlo reluciente, tal como venía…ahora ya no escucho lo que me dicen, hace rato que desconecté…doy un sorbo a mi café pero está frio…miro frente a mi mesa y nadie ocupa ese asiento…tan sólo una nota con mi nombre…incrédulo la abro sin entender qué ha podido pasar…leo… “mi vida… crear cosas para darles utilidad, y amar a las personas que llegan a mí…no hay lugar para mí en un mundo en que se aman demasiado las pertenencias, pues no querría saber de qué manera me podrías utilizar”

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