¿Perdona, puedo hacerte una foto?

_cisaps_

Barcelona.La luz solar del día se convertió en un atardecer precioso. Miles de colores aparecieron en el cielo, entre naranja,rosa y lila. Estaba corriendo hacia la parada del autóbus, faltaba poco y lo perdía. La suerte me sonrió y el semáforo se puso en rojo, no tuvo otra opción que detenerse. Cada día intentaba llegar en horario pero era un reto imposible de realizar. Lo alcancé y le toqué en la puerta al conductor haciendo señal para que me dejara entrar. Iba a encontrarme otra vez con las misma personas y las mismas caras cansadas con ganas de llegar a su hogar. El conductor me abrió las puertas pero algo raro me pasó. La voz de una chica me detuvo, algo quería algo de mí.


-Perdona, ¿Te puedo preguntar un cosa?-me dijo la chica.


Me di la vuelta y vi a una chica alta, pelo castaño y rizado. No entendía lo que estaba pasando ni del porqué me detuvo justo cuando me iba a subir en el autobús.


-Lo siento, pero tengo que coger el autobús y no se quedará esperando -le contesté.


-Por favor, es que si no te lo pregunto ahora, no sé si algún día te volveré a ver -me vuelve a contestar.


El momento se me estaba haciendo extraño, nunca había vivido una situación así.


-¡Oye! ¿Tienes intención de subir o no? El semáforo rojo no es eterno -me dijo el conductor, impaciente por cerrar las puertas.


No sé si iba hacer lo correcto.


-Puede cerrar las puertas, ya cogeré el siguiente -le contesté al conductor.


El conductor cerró las puertas y yo me quedé mirando a la chica, esperando a que me pregunte lo que quería.


-Gracias por esperar al siguiente autobús. Es que te vi desde lejos. Al principio pensé que eras un amigo y luego me di cuenta de que no era él, pero decidí seguirte hasta alcazarte para pedirte una foto.


Dentro de mí estaba pensando, ¿en serio esta chica me hizo perder el autobús para hacerme una foto? Sin embargo, por alguna razón, la miré sonriendo y no pude mostrarme molesto con ella.


-Sé que puede parecer una poco raro, pero quería hacerte una foto para enviársela a mi amigo, que se parece mucho a ti - me volvió hablar ella.


-Está bien. Si es para tu amigo, adelante -le contesté.


-Muchas gracias -me dijo ella sonriendo.


La chica sacó el móvil de la mochila y me encuadró con la cámara. Yo me puse en pose, subí dos dedos en señal de paz y sonreí.


-Te lo agradezco muchisímo. Y siento otra vez haberte hecho perder el autobús por una foto.


-No pasa nada. En 4 minutos ya estará aquí el siguiente.


-Mejor. Así no me sentiré tan culpable. Gracias otra vez, adiós.


-Adiós.


La chica se estaba alejando poco a poco. El momento fue extraño pero a la vez bonito. Nunca me habían pedido una foto de esa forma tan atrevida. Me regaló un momento inolvidable que siempre llevaré entre mis recuerdos.


El siguiente autobús había llegado. Me subí, miré por última vez hacia la dirección en la que desapareció la figura de la chica que nunca iba a volver a ver y seguí mi camino.


Me adentré en el autobús, pasé el tiquet por la máquina, me dirigí hacia el pasillo y tomé asiento al lado de la ventana en la parte izquierda del autobús. Me quedé mirando hacia la calle. El autobús avanzó y ahí estaba. La misma chica con una bata blanca, debía de trabajar en una clínica por la misma zona por la cual me pasaba cada día. No sé si fue un juego del destino pero sí que estaba seguro de que la volvería a encontrar.


 


 

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