VIDAS PARALELAS

PEPE

Sí, ya sé que comienzo mi relato como aquellos mayores que cuando veían aquellas moles de edificios donde antaño había espacios libres decían con tonillo nostálgico "me acuerdo yo de cuando to esto era campo" y es que desde que era infante me atrajiste, liaba algún amigo y los fines de semana, comprábamos un billete de metro y nos recorríamos todas las estaciones que podíamos, me encantaban los diferentes tipos de trenes, estaciones, la gente tan dispar, aventura y turismo a la par ,de un chaval de barrio con pocos posibles.


Recuerdo los billetes expedidos de colores diferentes y que cotizaban como munición de primera y que plegándolos minuciosamente podían ser lanzados por ese arma tan "sofisticada" llamada," goma vulgaris" , que en manos de un avezado tirador, te tatuaba el cuerpo de moratones dignos de la mejor pintura abstracta.


En una de mis incursiones en busca de provisiones, en compañía de camaradas de correrías, nos dirigimos a la estación más cercana, donde en las papeleras que había a la salida, se arrojaba tan preciado tesoro, ZONA CALIENTE ,donde aprovechaban los vivarachos para colarse, en el momento que los viajeros abrían y salían por las portezuelas. Andábamos faenando, llenando nuestros bolsillos, con aire despreocupado, cual manada de cebras que beben en la orilla del río, sin atisbar el peligro que bajo el agua está al acecho, cuando apareció el cocodrilo. Debió pensar que éramos una manada de vivarachos y sigiloso y despreocupado, a nosotros se acercó y sin tono amenazante la razón de nuestro quehacer consultó. En mi condición de líder, que nunca tuve, le espeté, "buscando billetes", a lo cual el cocodrilo, en un movimiento rápido e inesperado, su zarpa sobre mi cara topó, mientras regurgitaba un "TOMA BILLETE". Ignición, súbito golpe de calor, los demás corrían, yo volaba, pitido ensordecedor, Houston, veo las estrellas, orbito por el espacio exterior, risas a mi alrededor, en fin, operación fallida, otro día sería.


Mi adolescencia llegó y me seguiste acompañando, hordas de jóvenes poblando tus vagones, cantando, hablando a grito pelao, tiempo de felicidad, alguna borrachera me aguantaste, pero como buenos padres, me perdonaste.


Y sin darme cuenta a la edad adulta llegué y forme parte de esos primeros pobladores que acoges en tu seno, que no madrugan, "ponen las calles", que hacen de tus vagones , la prolongación de su cama y que con el suave traqueteo, que solo tú sabes hacer, prolongan su sueñecito hasta su lugar de destino.


Y como tú, evolucioné y viajé en horario de oficinista, estudiante, empleado de grandes almacenes, de los que empatizan con las sardinas en lata.


Y por fin, mi libertad llegó y sin pudor te abandoné, al coche me abracé, no más madrugones con los ponedores de calles, no más apreturas con los del banco de sardinas. "LIBRE SOY". Ahora madrugo más que nunca y vivo en un atasco perenne.


Por eso amigo, hoy que tengo la oportunidad de resarcir mi error, que sepas que he vuelto a ti, a tus entrañas, a comprobar que aunque moderno, acoges en tu seno a la misma gente, por que tú ,si que eres solidario, no entiendes de clase social, orientación política o sexual. Tú que nos has visto alegres, tristes, esperanzados, vivido amores ,desamores .Tú que en los momentos más tristes de nuestra historia, guerra, hambre ,frío has dado cobijo a los necesitados sin pedir nada a cambio. Hoy te digo, que estás más vivo que nunca y te doy las gracias por haberme acompañado, larga vida a TMB y al Rock and Roll.


 

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