Último tren
En un futuro no tan lejano, Eli y Alan, trabajadores de TMB en el último tren en servicio, se encontraban detenidos en un extraño túnel espacial. La ansiedad de encontrarse en un lugar totalmente desconocido sin ninguna señal de salida les inundaba, mientras intentaban comunicarse a través de un transmisor defectuoso.
Desesperados por encontrar respuestas, comenzaron a explorar el entorno. El descubrimiento de unas extrañas coordenadas espaciales les llevó a adentrarse en la infinitud del túnel. Atravesaron un espacio de luces hipnóticas, estrellas distorsionadas por las paredes traslúcidas de la cavidad.
Llegados a una estación cuyos carteles indicaban el cráter Archimedes, una antigua colonia minera lunar aparentemente abandonada, continuaron explorando el lugar, cautelosos pero llenos de curiosidad. Fue en una sala iluminada por una pantalla gigante donde encontraron proyectada una figura misteriosa.
Se hizo llamar Lesseps, una entidad ancestral con ojos brillantes y cabello plateado. Se les presentó como la guardiana de aquel rincón del espacio y les explicó que habían sido arrastrados a un universo paralelo debido a un experimento fallido. En este lugar, la Tierra, "vuestra Tierra", no existía.
Con asombro, Eli y Alan siguieron escucharon. Se les relevó que las redes sub-espaciales del metro se extendían más allá de lo conocido, conectando diferentes universos. Y aunque lejos de casa, Lesseps les aseguró que existía una forma de regresar a su dimensión original.
Tomaron de nuevo el último tren, ahora transformado en un avanzado vehículo espacial, que los llevó hacia un punto rojizo en el mapa estelar. La incertidumbre y la emoción crecían a medida que se acercaban a lo que parecía una estrella errante solitaria. La guardiana aclaró que estaban ante una anomalía sub-espacial que los conduciría a casa, un portal inter-dimensional. Siguiendo sus indicaciones se adentraron en aquel baño de cálida luz estelar.
Al disiparse la luz se encontraron en una estación de metro ahora sí familiar. Sin embargo, algo parecía diferente. La estación había sido renovada y modernizada, con tecnología avanzada y una energía vibrante. Un cartel llamó su atención: "Bienvenidos a la Estación Lesseps - TMB Corp".
Intrigados, se adentraron en la estación y descubrieron que TMB Corp, la compañía de transporte público de Barcelona, había experimentado un crecimiento exponencial. Se habían convertido en líderes en la investigación y desarrollo de tecnología sub-espacial, hija de la antes denominada sub-terranea. La historia de la estación Lesseps, abierta por primera vez en 1924, 200 años atrás, se había convertido en una leyenda local. Se decía que la estación había sido testigo de un evento misterioso que abrió las puertas a otros universos, y que el conocimiento transmitido por la guardiana había impulsado el avance tecnológico de la humanidad.
Los dos técnicos se convirtieron en héroes retornados a su comunidad. Reconocidos por su valentía y determinación por enfrentar lo desconocido, aprovecharon su experiencia para convertirse en pioneros de la exploración espacial, conductores no solo de los trenes de TMB Corp, sino del descubrimiento de nuevos mundos y la expansión de la humanidad en el Universo.
En sus viajes Eli y Alan nunca olvidaron su encuentro con Lesseps y la valiosa lección aprendida: que el coraje y la curiosidad son el motor de la innovación y que el viaje hacia lo desconocido puede abrir puertas a un futuro extraordinario.