UN DESTELLO DE LUZ

Realmente es relevante?

Harto de todo, caminaba sin rumbo fijo, perdido en un mar de pensamientos oscuros que envolvían mi mente. La tristeza y la desesperanza me habían agotado por completo, y el peso de la existencia parecía insoportable. En un último intento por encontrar una respuesta, me dirigí hacia las vías del metro, decidido a poner fin a mi vida.


Mientras me acercaba al borde, los rieles de acero relucían bajo la tenue luz de las bombillas. Las sombras danzaban a mi alrededor, como si el destino mismo jugara conmigo. Pero, justo cuando creía que estaba a punto de abandonar este mundo, algo capturó mi atención.


En la distancia, vi una figura en la oscuridad, un destello que desafiaba la tristeza y el sufrimiento que me consumían. Me acerqué con cautela, curioso por descubrir qué era lo que había logrado desviar mi atención de la muerte.


A medida que me acercaba, pude distinguir los contornos de una pequeña flor silvestre. Era una margarita solitaria, delicada y frágil, que crecía con valentía entre los duros rieles del tren. Sus pétalos blancos contrastaban con el oscuro entorno, y su presencia parecía desafiar cualquier lógica.


Me detuve frente a la margarita, observando su humilde belleza. Era un recordatorio de la fuerza intrínseca de la vida, incluso en los lugares más desolados. En ese momento, me di cuenta de que si una pequeña flor podía encontrar un camino hacia la luz, ¿por qué yo no podría?


El dilema que había enfrentado parecía desvanecerse, reemplazado por una chispa de esperanza que se encendía dentro de mí. Me agaché y recogí la margarita, sosteniéndola con suavidad entre mis manos. Cada uno de sus pétalos me recordaba la fragilidad de la vida y la importancia de encontrar la belleza en medio de la oscuridad.


Desde ese instante, mi perspectiva cambió. Ya no veía la muerte como la única solución, sino que contemplaba la vida como una oportunidad para encontrar la felicidad y el propósito. Comprendí que mis problemas no eran insuperables y que había personas dispuestas a ayudarme en mi camino.


Con la margarita en mi mano, di media vuelta y regresé del abismo. Mi deseo de encontrar significado en mi existencia se convirtió en una motivación para luchar, para buscar el apoyo de aquellos que me amaban y para construir una vida digna de ser vivida.


Aquella pequeña flor, tan frágil y valiente, me había mostrado que incluso en los momentos más oscuros, siempre existe la posibilidad de encontrar la luz. Desde ese día, enfrenté cada desafío con la valentía de la margarita en las vías del metro, recordando que la vida, aunque frágil, siempre merece ser vivida

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