Leyendas
En un tiempo y lugar muy remoto, vivía un dragón que anhelaba ser humano.
Tan fuerte era su deseo, que pidió ayuda a una malvada bruja que moraba en aquel reino. Esta le hizo prometer que si conseguía su propósito, debía matar a todos los de su especie. Cuál era la desesperación que sentía por conseguir su objetivo, que aceptó aquella terrible condición.
Tras un largo conjuro, transformó al dragón, en un joven y apuesto caballero.
Este se alejó de allí, en busca de aventuras, dejando atrás su pasado.
Después de varias jornadas de arduo viaje, llegó a un pueblo devastado por un monstruo que tenía a sus habitantes atemorizados. Todos los aldeanos le pidieron ayuda para liberar a la princesa y a su padre el rey, que habían sido capturados por aquella criatura.
El caballero, antaño dragón, decidió ayudar a los ciudadanos y fue en busca de aquel animal. Cuando llegó al castillo, este le estaba esperando.
Sus miradas se cruzaron y en ese mismo instante sintió un escalofrío que le recorrió todo el cuerpo. El dragón a su vez, también reconoció a su congénere.
Fue en ese momento cuando se dió cuenta de que no podría jamás cumplir la promesa que había hecho a la bruja. Nunca haría daño a uno de su especie.
Así que decidió hablar con él y acordaron liberar a los cautivos.
Dejó marchar al animal y él por su parte, después de despedirse de aquellos aldeanos, se fue de aquel lugar.
Siguió su camino vagando eternamente sin rumbo fijo, buscando su destino.
Dicen las leyendas que aquel caballero, mitad hombre, mitad dragón, forma parte de la tradición de Sant Jordi.
Pero nadie supo jamás lo que ocurrió en realidad.
Hoy es 23 de abril. Una persona viaja en el metro de la línea roja, se dirige a Plaça Catalunya, como cada año y según manda la tradición, se traslada a las Ramblas para disfrutar de un día tan especial. A pesar de que no hace frío y tampoco llueve, lleva un impermeable con el que cubre todo su cuerpo.
Un niño detrás de él, le mira y señala con el dedo, justo cuando por debajo de su gabardina, asoma lo que sin duda parece... Una incipiente cola.