CUANDO ME DI CUENTA

LUZ

Para mí, era un misterio ese joven que parecía esperar el metro en aquella parada.


Cada día todos subíamos excepto él, que permanecía de pie allí, absorto mirando siempre al infinito sin moverse. Así un día tras otro yo subía para ir a mi trabajo y, conforme el metro se alejaba, le seguía observando por la ventanilla y veía hacerse pequeña su figura, que casi parecía clavada en el suelo.


Parado, impasible, allí se quedaba.


Pero, ¿porqué no subía ningún día? ¿Cuál sería el motivo…?


Una mañana iba tarde, caminaba deprisa para coger el metro y pensé... ¿Estará ahí ese chico? 


Efectivamente, allí estaba, pero ese día vi a una mujer que se acercaba a él y cuando llegué casi a su lado, pude escuchar que le decía:


-Hijo, dame la mano, aquí tienes tu bastón; sabes que deberías usarlo... - y la mujer le besó en la mejilla y le ayudó a subir al vagón..


—Gracias, mamá, por tu ayuda y paciencia. Poco a poco, supongo que lo asumiré -respondió el chico.


Aquel día, fui yo quien no subió; me quedé allí inmóvil, mirando cómo se alejaba el convoy,  pensando "¡Dios mío, es ciego!"


 


 

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