Línea 5
Hace frío, bajo las escaleras corriendo, ya oigo el rugir de las vías, llega mi tren, accedo al interior y como cada mañana veo las mismas caras, sueños, ilusiones, frustración y luego yo sin expresión, inerte en una vida vacía. ¿Cómo he llegado hasta este momento?, me pregunto.
Percibo una cara observando, se me acerca. ¿Quieres hablar? Sí, le contesto, me transmite paz, comienzo a hablar y a medida que salen mis palabras mi mente empieza a resetearse, me relajo, me siento feliz por primera vez en mucho tiempo, ha sido mi ángel.
Desde aquel día ansío el momento de bajar al metro, ver a mi ángel y volver a vivir.
Salí del pozo en un lugar en el que jamás pensé que se podía hacer: EL METRO MI LÍNEA 5, LA QUE ME CAMBIÓ LA VIDA.