Renuncio
14.103.360 minutos vividos.
Al día 1.440, a la semana 10.080, y si siguiera tan saludable como ahora 31.557.600 más.
Soy un obseso del tiempo. Tardo 3 minutos en beberme mi café solo, en vestirme 5, y antes de salir paso por la panadería, 2 minutos, cojo mi mini de jamón, camino hasta la parada de metro y tardo 3 en bajar.
Voy al trabajo, tecleo hasta el descanso, no hablo con compañeros, crearía inconvenientes, me acostumbraría a su paso, pararían a atarse los cordones, para evitar todo eso lo mantengo simple, llevo velcro, total, ni me sé atar los cordones ni mantener una conversación.
En el descanso como el bocadillo, cierro los ojos y empiezo a contar, comer no debería de ocupar más de 4 minutos, vuelvo a subir a la oficina, puedo adelantar trabajo, saldré a tiempo. Dirección a mi casa, es Lunes, comienzo, mi día será el viernes, no más trabajo, lo dejo, pero ahora cojo el metro.
De aquí a mi casa hay 30, no demora, miro el teléfono, escribo a mis dos únicos amigos, nuestro tiempo de hablar, es mi parada, bajo, subo, camino, subo, abro mi puerta, entro, voy a la bañera, me desvisto, me meto, alarma activada, miro el techo, pienso, suena la alarma, suficiente, no soy una persona sucia, me ducho, me afeito, me peino, en mi guardarropa lo de mañana, selecciono, me gusta elegir, 20 minutos, debería haber estudiado moda. ¿Corbata y chándal? es novedoso, hora de dormir.
Martes, día dos desde que decidí presentar renuncia, 3 minutos café, 5 en ropa, 2 en bocadillo, cojo metro, hoy ceno fideos, tendré que comprar. Saludo a ¿Marlen?, no estoy seguro, me da pena preguntar, me lo dijo, pero no hemos vuelto a hablar, se me olvidó. Subo escaleras, trabajo, hoy como en el despacho, no tengo tiempo, he de acabar, acabo.
Bajo las escaleras, el ascensor es impreciso, no me da tranquilidad, sé que bajarlas son 6 minutos. Voy al supermercado más cercano, compro: ramen, huevos, carne, postre, tengo todo, hay cola, no quiero sentir la espera, abren nueva caja, corro, es mi turno, pago, cojo metro, puedo hablar, llego, camino, sé donde vivo, todo igual, suena mi cerrojo, me cocino lo que compré, hoy no me ducho, compenso el tiempo, un poco guarro, lo sé, también reduzco el tiempo de elegir ropa. Lo tengo, iba guapo hoy, ¿no?, A dormir.
¿Miércoles, o lunes otra vez? Podría ser, todo hecho, duermo.
Jueves universitario, ninguno lo es, ayer en el metro les dije de quedar, me queda un día para renunciar, café, ropa, jamón, trabajo, comida, salgo, están en la puerta, me dan ganas de abrazarlos y lo hago como si fuera la última vez, hacía mucho que no les veía, y aunque es raro en nosotros abrazarnos, nos mantenemos por un rato, no sé cuánto.
Cogemos el metro, no paramos de hablar, Kevin ha conocido a alguien, esta vez va bien, Marc lleva casado ya 4 años, pronto un bebé, dice que lo llamará como yo, yo le digo que no castigue a su hijo de esa manera, estamos llegando a mi casa, esta vez Marc preparara algo de comer, dice que estoy más delgado que la última vez, pero claro, la última vez fue hace 7 meses, normal. Kevin malgasta su tiempo instalándome Tinder, no me va a durar la aplicación, él insiste, es divertido.
Viernes sin despertador, me visto de traje, el último día es especial, bajo el metro, paso las puertas, 6 minutos para el tren, programo un mensaje “no me acuerdo de ayer, pero seguro me lo pasé muy bien, gracias, os quiero” queda 1 minuto, 30 segundos, es hora, renuncio, salto.
Línea 4 fuera de servicio hasta nuevo aviso debido a un incidente