Vida inerte
Discreta, afianzada tras los ojos de los demás, dispuesta a cumplir su objetivo si alguien se lo pide. Escondida en un rincón del pasillo de conexión ella es testigo de todo.
Almas rotas intentando olvidar su presente y queriendo avanzar al futuro. El principio de una historia de amor o el final. Besos prohibidos, desleales fuera de este mundo subterráneo, ajenos a las sombras de la responsabilidad afectiva. Pequeños madrugadores obligados a empezar el día en horario adulto solo a causa de la no conciliación. Cuerpos acelerados desde primera hora, deseando estirar el tiempo para no llegar tarde, otra vez. Madres que
Ella que todo lo sabe y todo lo podría explicar si no fuera porque le han obligado a mantenerse inmóvil, olvidada, ajena a participar en las historias de vida de los pasajeros, aceptando su vida inerte por ser simplemente… la cámara de seguridad.