Confesiones en la línea roja

Pura Vida

Lo confieso. No sé tu nombre pero estoy deseando saberlo. 


Te veo cada mañana y he estado en más de una ocasión a punto de pasarme de parada, distraído de todo y especialmente atento a ti. 


Tú siempre inmersa en tus cascos, con la mirada fijada en el suelo. 


Me pregunto si tú te habrás fijado en mí mientras estaba despistado.


Lo confieso. Me he mordido el labio en más de una ocasión mientras te miraba casi sin darle importancia. 


Reconozco que cuando suena el despertador desearía quemarlo, pero pienso en ti y me levanto un día más, porque sé que te veré durante este trayecto tantas veces repetido. Antes se me hacía largo y desde ese día en el que nos cruzamos en el andén quisiera parar el tiempo en este momento, poder contemplarte un poco más. 


Era aparentemente un día más de camino a ese lugar que me permite ser un adulto funcional e independiente (bueno, más o menos, ya me entiendes).


Y de repente un día más fue distinto a todos porque decidiste subir a este vagón y me crucé contigo. ¿A dónde irás? ¿Te gustaría ir a tomar algo conmigo? 


Quiero conocerte. 


Quiero saber qué hay detrás de esa pupila, de esos ojos brillantes que parecen temerle al mundo. 


Porque yo también tengo miedo y tengo la esperanza de que compartir tus miedos con los míos nos haga valientes. 


¿Qué pasaría si nos chocamos mañana subiendo al vagón? 


¿Qué pasaría mañana si me choco contigo? ¿Podré escuchar tu voz? 


¿Dejarías escapar alguna tímida sonrisa? 


¿Sería el comienzo de algo? 


Lo confieso. Quiero chocarme contigo. 


Mañana voy a chocarme contigo.


Voy a subir al vagón y chocaré contigo como sin quererlo pero con toda la intención de conocerte y que empiece nuestra historia.

T'ha agradat? Pots compartir-lo!