Un viaje galáctico
Subo a la línea verde en Les Corts; son las 08:43 a.m. Como cada día, estoy medio dormida y llevo conmigo mi termo favorito lleno de café con bebida de avena y un cruasán de chocolate de la cafetería de abajo de mi piso. En el momento en el que le doy el primer mordisco a mi manjar matutino, el metro procede a detenerse bruscamente en su siguiente parada: Maria Cristina. Entonces lo veo, un monstruo gigante de color rosado intenso y tonos púrpura intenta atravesar los cristales del metro con sus envolventes tentáculos.
Junto a la bestia, aparecen cuatro alienígenas que intentan abatirlo con armas galácticas. Dos de ellos le disparan; otro se introduce en la boca del animal y comienza a apuñalarlo mientras este gime sin cesar. En ese preciso instante, la cuarta extraterrestre coge su espada y apuñala a la criatura en el pecho, esta cae al andén muerta, dejando salir un rugido final. Entretanto el metro sigue avanzando hacia su próxima (y mi última) parada y yo pienso en lo grotesco y cómico de la escena. Me toca bajar ya, termino el cruasán, le doy un sorbo al café y justo termina la canción. Estaba escuchando Mr. Blue Sky de Electric Light Orchestra, desde que vi Guardians of the galaxy vol. 2 no me quito de la cabeza esta canción y cada vez que la escucho me vienen a la mente esos 5 primeros y maravillosos minutos de la secuencia de apertura.