Noelia

RADIOBICI

¿Dónde la había visto? La pregunta se me estaba volviendo repetitiva. Volvía a mi mente una y otra vez. ¿Dónde? ¿Dónde estaría esa chica con aquella cara? ¡Qué preciosidad! Pero no recuerdo el lugar del encuentro, sólo el instante fugaz, la mirada cruzada, la sonrisa envolviéndonos a los dos, pero...¿dónde?...eterna pregunta en estos últimos meses.


 


  Cada día hacía lo mismo...algo positivo tenía que sacar de estar en paro. Bajaba al Metro en Can Serra y me ponía a buscarla. En un andén, después en el otro. En una estación, después en la siguiente. Cuando terminaba la línea 1 me iba a la 3, luego a la 2 y así las 7 líneas...Así pasaba las horas del día. Me había creado una rutina. Lo primero era ir a la oficina de desempleo. Nunca me ofrecían trabajo por lo que la visita era rápida. Un hasta mañana y al Metro, a Can Serra.


 


  No sé en qué momento la búsqueda se había convertido en una obsesión pero lo cierto era que ahora mi principal ocupación en el día era buscarla...pero no era tarea fácil. La red de Metro de Barcelona es extensa. Demasiado grande. Demasiadas estaciones. Muchos trenes y enlaces por todos sitios...pero tenía tiempo, por desgracia mucho tiempo...


 


  Te levantas, almuerzas, te duchas...empiezas un día normal, sin sobresaltos, hasta que ocurre algo capaz de trastornarte durante días. Bastantes días. Semanas...Pero... ¿Dónde?...


 


   Le había puesto de nombre, por supuesto imaginario porque no había podido intercambiar con ella ni una palabra, Noelia. Mi Noelia. No sé porqué, pero era mi Noelia. Un cuerpo impresionante. Curvas de infarto. Y esa cara...de ángel...Melena. Pelirroja. La podía describir con todo detalle a pesar de haber sido un instante...¿Dónde?...


 


   Tenía que encontrarla. Y llegó el día. Un día cualquiera. Tareas rutinarias. Oficina del INEM y Metro. Parecía otro día más...pero no...Me topé de frente. ¿Inmóvil?...Puede ser que sí, que ni me moviera en ese momento. Sobre todo sorpresa. Delante mío. Tantos días. Tantas horas dedicadas y por fin...Ese cuerpo, esa cara, esa sonrisa. Si me hubieran sacado una foto, hubiera salido con una cara de...incrédulo...Sí, incrédulo.¡ No me lo podía creer! ¡Tanta fantasía!...para toparme con la cruel realidad. Era una chica. Pelirroja, angelical, tal y como la recordaba...pero era ¡una foto! ¡Una foto de un anuncio! ¡Allí estaba esa estupenda modelo enseñando su cuerpo con la primavera del Corte Inglés! ¡Noelia! ¡Jamás podría hablar con...Noelia! Estupendo anuncio en la estación de Llucmajor. Todo un panel de arriba abajo con mi Noelia.


 


   La había encontrado. ¡Vaya encuentro! ¿Frustración?¿Alegría?...Todo había terminado en ese momento. La fantasía, la esperanza, la ilusión de levantarme cada mañana para empezar mi recorrido...Todo...Me quedaba la satisfacción del trabajo cumplido...el único trabajo que tenía de momento...y que encima me había quedado también sin él de una manera bastante patética...


 


P. D. Pasado un tiempo, convertí en tradición el pasar cada primavera por la estación de Llucmajor y así poder ir viendo con los años el envejecimiento de mi amor platónico de Metro. Noelia podrá llegar a los 100 años pletórica, al igual que Metro de Barcelona ha llegado a su Centenario.


 

T'ha agradat? Pots compartir-lo!