No quería

Golo

Bajaba por las escaleras mecánicas hacia el andén, decidido a empezar una nueva vida. Lo primero que tuvo claro fue que tenía que alquilar un trastero, porque cuando vives mucho necesitas mucho espacio. Dobló la esquina y a continuación reservó un vuelo, aprovechando que era temporada baja. Avanzó unos cuantos metros por el largo pasillo, sintiendo una necesidad repentina de esa bebida mágica que daba alas y le miraba, tentadora, desde la pared. Estaba cansado de estar cansado.


 


Llegó al andén y encontró un hueco para sentarse, no sin antes comprar una pequeña batería portátil, por aquello de "no battery, no problem". Mientras esperaba al tren, su mirada se posó sobre una compañía que le ofrecía luz a un precio aún mejor, y efectuó el cambio inmediatamente.


 


Ya en el vagón, la pequeña pantalla le convenció de visitar un tablao flamenco cordobés -el auténtico-; pero le inquietó, ciertamente, el pensamiento de los carteristas de un solo ojo que merodeaban por el metro robando bolsos morados.



Bajó del convoy y se dirigió al torno de salida. En el último tramo de pasillo, decidió cambiar a sus hijos de colegio, para definir su futuro (y celebró, de paso, la modernización de la educación europea). Luego se le ocurrió que sería buena idea subir los 419 escalones de la estación de metro más profunda; para ello compró en el acto, por Internet, unas zapatillas que le aseguraban movimiento increíble a la octava potencia.


 


Y finalmente decidió que ya no quería hacer nada más. De verdad, de verdad que no quería. No quería gastar más dinero, ni contratar ningún servicio, ni ir a ninguna parte, ni adherirse a ninguna ONG. Pero es que no podía evitar pensar que hay una casa para cada persona y una app para todas las casas, y que debía ayudar a los afectados por la sequía, y que se podía hacer una mudanza sin esfuerzo, y tener fibra y móvil sin sorpresas en la factura y sin llamadas molestas, y que pronto habría 50.000 viviendas de alquiler protegido, y que podía depilarse con láser de diodo, y ganarle 20 metros cuadrados a su piso, y...

T'ha agradat? Pots compartir-lo!